3/10/2009

Máquina del Tiempo propulsada por la energía de IAM


Me interrogaste sobre los motivos por los cuales estaba conectado al cadáver que reposaba en una de las losas de mi estancia para investigación. Te diré que es el resultado de descubrir porque algunas personas mueren de repentinos infartos agudos del miocardio.

Estaba enfrascado en un proceso repetitivo y agotador (transcribir un aburrido informe de trabajo), durante el cual transitaba del semisueño al duermevela una y otra vez, al inicio como era habitual me divertí bastante dejando que sucesos sicalípticos, cómicos o de graciosa levedad se articularán breves y jocundos mientras transcurrían las oscilaciones, pero gracias a las técnicas de control de respiración que practicaba me atreví a ir hacia esa zona ignota donde somos conscientes de estar dormidos pero ya no podemos regresar para avisarnos a nosotros mismos, y de manera inopinada en el borde de la conciencia note que existían desgarrones y hasta agujeros en la percepción temporal, observé que a través de los cuales se deslizaban sombrías criaturas provistas de extraños artilugios (después supe que eran extractores de los cuerpos teorizados por Ken Wilber).

Introduje una alerta para no pestañear más que unos pocos microsegundos por ocasión para tener ocasión de explorar el fenómeno y me dispuse amodorrado a continuar la que hasta ese momento había sido una plácida tarde veraniega…, sin embargo, la alerta funciono y me impidió deslizarme hacia terrenos oníricos y me desperté aterrado con las válvulas tricúspide y bicúspide desenfrenadas, el sistema circulatorio al galope y una sensación de angustia que se multiplicaba exponencial (la relacione con una próxima explosión de las paredes cardíacas) y para atajarla supe intuitivo introducir en simultánea, el ritmo respiratorio del tai chi (que ya era algo natural para mi en ese época) y las visiones curvíleas y globulares de las modelos de met-art (estaban escondidas en segundo plano en mi pantalla), me deslice por una y me aferre a la otra consiguiendo gracias a la sapiencia oriental y el fulgor erótico apagar la intentona de IAM, más no disolverla.

Se que por un período dilatado estuve inmóvil y a punto de diñarla en mi sillón, pero por fin remonté el segmento letal de catarata en que caía y regresé al curso central de mi corriente vital, el silencio reinaba y ningun@ de mis colegas parecía haber percibido nada; es más, semejaban estatuas orgánicas relajadas y estáticas, la enorme habitación parecía titilar recorrida por un temblor oscuro y expectante, que sólo desapareció cuando por fin respiré normal superando los conatos de asfixia que me sofocaban; entonces comprendí que el ritmo del músculo estriado del corazón está conectado al ritmo del tiempo de una manera que ningún otro órgano posee y que si provocamos esos ataques a sabiendas en alguien bajo condiciones controladas de laboratorio, podemos aprovechar ese instante en que se inmovilizan los demás seres vivientes y se conectan las dimensiones para viajar en el tiempo. Sobre todo cuando has conseguido hacerte aliado de las formas oscuras, gracias a que les regalas las existencias de tus sujetos experimentales.

¿Satisfecha?... musité, mientras le mientras apretaba las correas.

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