3/21/2006

Gente menuda


Gente menuda
(Little people)

John Christopher
Editorial Bruguera S.A.
Barcelona, 1978


Vaya por Dios, ¿a qué enemigo de los libros puede ocurrírsele una portada más ridícula que la de esta edición de Bruguera? Parece la de un cuento monse para niños, de esos que nadie lee ni soporta que su papi le cuente al acostarse. Conscientes de semejante desaguisado, parece que los editores colocaron eso de “FANTASIA PARA ADULTOS” debajo del título. Caray, con poner una casa de muñecas en blanco y negro hubieran logrado un producto más digno.

Y es que no se trata de una historia para niños. Es una (fallida) historia de horror ambientada en Inglaterra e Irlanda, en la cual la humanidad tendrá un encuentro con seres que aparentemente pertenecían a la leyenda. Un grupo de personas confluye en una residencia situada en alguna región apartada de Irlanda, cuyo propietario ha fallecido recientemente. Circulan leyendas acerca de duendes y hadas en la región, lo cual no es novedad en un país como Irlanda… hasta que, efectivamente, aparece la “gente menuda” (que espantosa traducción para “little people”) del título, con la consiguiente conmoción de los racionales seres humanos que los encuentran. Las criaturas son como seres humanos en miniatura, de unos 30 centímetros (como la estatuilla del Oscar), y que guardan una proporción casi perfecta respecto al cuerpo de un humano “normal”. Hablan alemán (!) y son siete…

Lo malo es que tan interesantes premisas son destrozadas por el autor, quien parece haber sido atacado por el virus de la “literatura en serio”, pues se dedica a contarnos más cosas acerca de las opiniones y conflictos entre los personajes humanos (un marido dominado por su mujer, una chica ninfómana, una ama de llaves supersticiosa, los infaltables norteamericanos vulgares y codiciosos) que lo que ocurre con la gente menuda. Así, el libro puede dividirse en tres partes: presentación de los personajes humanos (cerca de ochenta largas páginas que casi me hacen abandonar el libro), encuentro con los seres pequeños (vale la pena soplarse el resto tan solo por esta parte, que resume lo que cualquier novela o cuento de horror debe contener, en sus dosis correctas) y lo que pasó después, que es francamente olvidable (los humanos se casan, o se divorcian, o se pelean, o se amistan).

Rebasada al fin la insufrible primera parte (arribo a la finca irlandesa, vagabundeos por el lugar y mucho bla-bla-bla), encontramos a nuestros protagonistas intrigados por la existencia de una detallada casa de muñecas en las habitaciones del fallecido propietario, por demás individuo de extrañas costumbres. A ello se suman las fugaces visiones de seres extraños, que nadie quiere reconocer como reales. La paulatina desaparición de ciertas provisiones de la despensa del albergue sirve como excusa para una incursión nocturna, con la idea de acabar con los autores de los latrocinios, posiblemente ratas o ratones. Pero para sorpresa de los humanos, lo que encontraran es a una pequeña mujer de treinta centímetros, vestida de verde (como los duendes de la tradición irlandesa) y de aspecto inteligente. Luego descubrimos que la pequeña se llama Greta y habla alemán, lo que lleva al científico del grupo a especular que su origen podría ser el resultado de experimentos en citología realizados por científicos nazis, obsesionados con prolongar la vida de Adolfo Hitler, quienes por supuesto no lo lograron. Sin embargo, parece ser que hicieron otros interesantes descubrimientos. Greta no está sola, tiene seis compañeros más, otra mujer y cinco varones. El grupo es acomodado en la casa de muñecas, lugar que dan señales de reconocer.

Pero hay muchas otras cosas raras (además de su tamaño y origen) en torno a esta gente menuda. Sus espaldas tienen rastros de latigazos. Si bien demuestran ser inteligentes, carecen de toda curiosidad respecto a su entorno. Una de ellas incluso revela que alguna vez fue utilizada con propósitos sexuales por parte de su antiguo tutor, a quien llaman “El Grande”. Y siguen otras revelaciones, que transforman el inicialmente prometedor encuentro (los intereses de los humanos van de la notoriedad científica a la explotación circense) en el descubrimiento de una realidad bastante grotesca. La gente menuda tiene sus propias ideas.

Lamentablemente, el autor vuelve a poner a los humanos y sus insulsas personalidades en primer plano, en una desconcertante tercera parte en la que la gente menuda hace una última y breve aparición-desaparición, para que las personas se dediquen a planificar su futuro, acomodar sus muebles, prometerse en matrimonio y cosas así. Pareciera que el autor desconfiara de la seriedad de su argumento, o lo estaban apurando los editores (pensar que John Christopher es autor de un clásico de la ciencia ficción, “La muerte de la hierba”), y no se le ocurrió otra cosa que endilgarnos personajes pretenciosamente complejos y “realistas”, como si al lector le interesara encontrar eso en una novela sobre duendes. Olvidados los duendes, tanto por el autor como por los demás personajes, la novela termina, dejándonos un amargo sabor a decepción en la boca, pensando en la magnífica novela de horror, de humor o lo que sea que pudo ser y que no fue.

Si por “adulto” debemos entender un cuadro estereotipado de las flaquezas y mezquindades humanas, me quedo con “Blanca Nieves y los siete enanos” de Walt Disney, canción incluida.

Daniel Salvo

Technorati tags: gente menuda, John Christopher, terror

3 comentarios:

Joana Pol

¿Qué opinas del autor A.A. Attanasio? :-)

Anónimo

La Joana Pol de EL CRIMEN DE LOS DIOSES, supongo... Pensaras que te estoy persiguiendo. Chicos no sabeis a quien teneis aqui. Eso si que es una novelista y lo demas dragonadas y mentecaterias infantiles

Daniel Salvo

Hola Joana, no he podido leer nada de A.A. Attanasio (a Perú no llegan mucho las cosas que se están editando en ciencia ficción, terror o fantasía). Mas bien, encontrar tu obra en la red ha sido un hallazgo excelente, que empezaré a disfrutar ahora mismo.
Disculpas por la demora en responder.

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