12/10/2011

CINE- ANIME: Shôjo Kakumei Utena: Adolescence Mokishirokou

Título: Shôjo Kakumei Utena: Adolescence Mokishirokou 



(Utena: La chica revolucionaria - Adolescencia Apocalíptica)

Duración: 80 min.


Fecha de estreno: 14/8/1999

Concepto: Be Papas

Director: Kunihiko Ikuhara



¿Por qué comentar una película del siglo pasado ya llegados al 2011? Y más aún, cuando, en su debido momento circularon artículos, interpretaciones y exégesis de lo más variada sobre esta singular producción.



A estos cuestionamientos, creo poder responder de la manera siguiente:  Que, dada la distancia en el tiempo es quizás más sosegadamente que resulta posible mencionar lo más esencial, dejar en claro lo más resaltante y poner en valor y perspectiva el significado de esta obra, siendo esta idea válida para cualquier obra artística que se precie o que aspire a aquello que humildemente llamamos trascendencia.



Con lo anterior dado por sentado, podemos entonces afirmar sin ambages que  Shôjo Kakumei Utena  es, antes que una producción audiovisual, un concepto cuyo alcance va más allá de lo estrictamente "consumible" que puede encontrarse -incluso ahora- dentro del mundillo del anime. A saber: contamos con un manga (dibujado por Chiho Saito, encargada del diseño de personajes en la película y serie) además de la Película que hoy nos ocupa, precedida de la serie de 39 capítulos de entre los cuales varios son prescindibles y que siguen la misma estructura de los Shôjo anteriores, como el clásico Sailor Moon, construído a base de repeticiones casi rituales que se desencadenan en episodios climáticos que, consiguientemente, dan paso a un nuevo arco de historia donde las dinámicas se alteran ligeramente, preparando el terreno para la crisis posterior, y así, por oleadas, hasta el clímax final.



Tal es así, que ahora los exégetas y diversos clasificadores mencionan a Utena como una producción emblemático del sub-género yuri que es específicamente de carácter lésbico. A esto, hasta cierto punto, contribuye el diseño de persoajes, de líneas muy finas y sensuales de Chiho Saito (autora también del manga correspondiente)



Al ser interrogado acerca de lo deliberado de este enfoque (y lo potencialmente controversial para algún sector de la audiencia) el Director y jefe creativo del proyecto, Kunihiko Ikuhara, que había ganado fama considerable por otro título notable dentro del sub genero shôjo, orientado al público femenino, este afirmó que una historia de amor de este tipo fue escogida "para que el género de los personajes no entorpeciera la narración" Palabras que tienen relación también con el estilo Takaratzuka  de teatro/comedia musical, donde todos los personajes son representados por mujeres,  llegando a representar la historia como Comedie Musicale: Utena la fillette révolutionnaire.




Llegamos a la trama, en la cual me detendré lo menos posible porque tal como todo en este concepto, es sólo un medio para transmitir profundos pareceres y emociones, los personajes de la historia, al igual que en la serie homónima (estamos hablando en este caso de una variación sobre el tema, de la historia contada desde un ángulo diferente)





Esta se inicia con la llegada de Utena Tenjô (voz: Tomoko Kawakami)  a la Academia Ohtori, aparentemente un internado de alta sociedad cuya extrañas estructuras de arquitecturas imposibles dan a presagiar que algo no encaja del todo bien. En principio, Utena va vestida de chico y es incluso abordado como tal por alguna estudiante descuidada, pero el misterio se profundiza al encontrar esta, dentro del capullo de una rosa en el jardín, un anillo con un sello cuyo motivo refiere a la misma Rosa y que simboliza al oscuro consejo estudiantil. De inmediato se ve transportada un jardín en un piso superior donde una joven, Anthy Himemiya (voz: Yuriko Fuchizaki) riega unos rosales, esta se sorprende al verla con el sello de la rosa y de inmediato interviene otro estudiante, Saionji (voz: Takeshi Kusao) quien la reta a duelo de inmediato, claramente considerando a la novia de la rosa sólo un instrumento.



Este es el inicio de las peripecias de Utena, atrapada en el juego de los duelos de la "Novia de la Rosa" donde todos los participantes, sin saberlo, buscan realizar, a través de esta, algún caro anhelo que se irá revelando en su momento, dentro del denso tejido de la historia.



La narración es deliberadamente no líneal, llena de elipsis y saltos en el tiempo, estos dislates y las reacciones de los personajes (que, como encajando dentro de un plan mayor, representan tanto un color como una emoción) van poco a poco, dando forma a la idea de qué es en realidad la escuela Ohtori y cual es la función de los duelos. Lo que nos introduce a una contradicción que probablemente sea el verdadero leit motif de la producción -y un llamado de atención al fandom, bien disfrazado- es la contradicción entre el cómodo mundo de la escuela (donde "todo" es posible, aparentemente) y el mundo real, que se más ancho y ajeno que nunca, a juzgar por las crípticas escenas finales y que es el que finalmente brinda la explicación a la multitud de paradojas que adornan la trama, comenzando con las arquitecturas imposibles y continuando por diversas escenas que desafían las leyes de la coherencia.



En el apartado técnico, el guión de Shinya Hasegawa se las arregla para mantenernos entretenidos sin ceder un ápice de la complejidad de la historia en ningún momento, donde, como ya es costumbre con Utena, la verdad se revela de a pocos y apelando al uso de analogías y referencias surrealistas (aunque advertidos quedamos, ya desde la primera escena, que la escuela Ohtori no es precisamente normal) Tal como podemos ver en el segundo vídeo líneas abajo.

Finalmente, una de las razones por las que más me llamó la atención esta producción, la música. A cargo,al igual que la serie de una dupla que genera una extraña división: Mitsumune Shinkichi a cargo de las incidentales, entre las cuales se destaca un uso intensivo del piano (como en la célebre pieza Hikari Sasu Niwa, El jardín iluminado por el sol, que aparece en múltiples variaciones a lo largo de la serie y en este film) y una clara influencia del Jazz en algunas construcciones y los coros de Duelo, de estilo Takaratzuka, a cargo del artista conceptual J. A. Seazer, con fuerte influencia de elementos de Rock Progresivo, combinados con instrumentos tradicionales japoneses y letras de una poética tan intensa como a veces críptica, que recorren la más profunda gama de emociones humanas, redondeando un producto de fondo y forma muy interesantes y que seguirá dando que hablar entre los cultores del género.





Enlaces:

Ficha en Anime News Network

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