4/07/2010

LIBRO: Trampas para incautos




Trampas para incautos
Yeniva Fernández

Revuelta editores
Lima, diciembre de 2009


Si bien es absurdo sentir nostalgia por lo que no pasó, uno no puede menos que lamentar que en nuestro país no se haya producido el boom de las revistas dedicadas tanto al terror como a la ciencia ficción que hubo en los Estados Unidos en las décadas de los años treinta y siguientes del siglo XX. No tuvimos pues nuestras Astounding, Amazing stories o la archimítica Weird tales, revistas en las que iniciaron sus carreras escritores como H.P. Lovecraft, Clark Ashton Smith o Robert E. Howard, nada menos. Y qué decir de las geniales ilustraciones realizadas por maestros de la talla de Virgil Finlay o Frank R. Paul.

Por que díganme si no sería fantástico contar con una revista dedicada a la ficción fantástica, de publicación periódica y con una buena circulación. Acudir a un puesto de revistas y llevarse un ejemplar para leer en casa o en el transporte.

Y lo mejor de todo, esperar a que una de esas ediciones contara con una historia escrita por Yeniva Fernández.

Ojo, por si acaso hubiera un lector muy exquisito, no estoy diciendo que la narrativa de Yeniva Fernández sea narrativa pulp (eso déjenmelo a mí). O sea, no escribe subgénero, cuida mucho su prosa y merece un lugar expectante en el canon literario nacional. Cuentos así no se leen todos los días.

¡Pero qué bien escribe! No es terror, ni ciencia ficción (tranquilos, culturosos), pero cómo se le parece. No hay viajes a otros planetas, pero sí mundos paralelos. No hay monstruos, pero sí humanos monstruosos. No hay invenciones fantásticas, pero sí artefactos y ámbitos cotidianos vistos desde otra perspectiva. Y eso les proporciona a sus cuentos una atmósfera desosegante, claustrofóbica... aterradora.

Trampas para incautos tiene una división aparente, entre cuentos fantásticos y otros de factura mas bien intimista. Pero no hay que dejarse engañar: el sueño de la razón es suficiente para producir monstruos, y los monstruos de los abismos de nuestro inconsciente pueden ser más aterradores (y reales) que los monstruos surgidos de los abismos del tiempo y el espacio.

El libro de Yeniva Fernández está dividido en dos partes, las trampas a mediodía y las trampas de la neblina. Como queriéndonos dar a entender a los incautos que es imposible escapar de ciertas trampas.


Las trampas a mediodía

Sierra norte: Dicen que todos tenemos un doble en algún lugar del mundo, y las historias sobre encuentros entre dobles no son precisamente escasas. Sin embargo, Yeniva Fernández le da una vuelta de tuerca bastante desoladora a a ese argumento, al jugar con la idea de que nosotros (y no el otro) seamos esos dobles.

Quédate a dormir: El ser humano puede convertir en ritual cualquier situación, sobre todo, algo tan natural como el amor. Pero a veces, las cosas cambian y el ritual queda, mas no la situación que le dio origen. Entonces aparece lo siniestro y lo desequilibrado, y la celebración del ritual deviene en abominable, una superstición insana de un culto que ya no existe. Si no hay amor qué celebrar, ¿qué es lo que realmente celebra la protagonista de este relato?

Lo mejor para Mario: De lejos, el relato más aterrador del libro. El menos "sobrenatural", el menos fantástico. El más breve. Y pensar que se trata de una madre que sólo quiere lo mejor para su hijo...

Palomas: La amistad y la fidelidad pueden ser hermosas, pero difíciles de mantener. ¿Existe la amistad realmente, o la mera conveniencia? ¿Existe la fidelidad, o se trata sólo de servilismo? Y entonces, ¿cuáles son las auténticas bases de las relaciones humanas?

Confidencia en la madrugada: Una infancia basada en lo racional y lo hermoso produce buenas personas. Nunca perdamos eso de vista. Por que una infancia y una adolescencia basadas en la convivencia - o la supervivencia - de lo atroz, sólo engendra monstruosidad. Aún si un monstruo actúa con perfecta lógica y aparente justicia, no deja de ser un monstruo. Y la cosa se pone peor cuando no actúa en solitario.

Gloria: Nada más arbitrario que los conceptos de belleza y fealdad... Y nada más arbitrario que la idea que se hace la protagonista de ésta historia respecto a lo que se merecen las personas por su belleza o fealdad.

Las trampas de la neblina

Una calle: La angustia, el horror, la soledad, lo aborrecible de aquello que escapa a nuestra comprensión y que puede aparecer de un momento a otro, sin explicación alguna, y atraparnos para siempre. Y puede ser algo tan prosaico como una calle, con sus veredas, sus casas, sus ventanas, sus puertas...

Díptico: La idea de que todos tenemos un doble, de que existe alguien que es idéntico a nosotros y que eventualmente podría tomar nuestro lugar, nos aterra y fascina a un tiempo. Pero la existencia de un doble podría no ser tan espeluznante como el origen de ese doble.

Casa adentro: Misteriosas edificaciones que aparecen de la noche a la mañana. A la incredulidad inicial mostrada por parte de las autoridades, le sigue un muy peruano intento de aprovechamiento crematístico. En el medio, el protagonista, a punto de enfrentarse a más de una especie de invasores.

El acompañante: Triste y hermoso a la vez, el relato juega con las emociones que nos provoca la muerte, ya se trate de la muerte de un ser querido o de un completo desconocido. ¿Cómo afecta la muerte a los observadores, humanos... o no humanos?

Esa oscuridad que regresa: La vida en familia puede ser una experiencia hermosa y racional, pero también una trampa mortal de la que es difícil escapar. Con cuánto amor una madre o un padre pueden destruirnos, o al menos, intentarlo con todas sus fuerzas. ¿Y si además contaran con ayuda, digamos, no familiar? Relatos así hacen que uno se alegre de ser huérfano.

2 comentarios:

Alvaro Mejía

Estimado Daniel Salvo. La pasión que pone para comentar el libro de la señorita Fernández me ha provocado muchas ganas de leerlo. ¿Dónde puedo adquirirlo? Cordiales saludos.

Daniel Salvo

Lo he visto en Crisol del Ovalo Gutierrez. Suerte.

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