11/29/2006

CINE: El Gran Pez (2003)

dirigida por Tim Burton (Batman, La leyenda del jinete sin cabeza, El planeta de los simios, Charlie y la fábrica de Chocolates y un largo etcétra) dirige esta impactante película que cuenta con el guión de John August, basado en la novela Fantástica de Daniel Wallace, El gran Pez es un film que nos lleva por un paseo de proporciones míticas, una fantasía adulta en la que lo cotidiano (o, mejor dicho, lo que hacemos para salirnos de lo cotidiano, aunque sea solamente en el caos de nuestras mentes) resulta ser el verdadero motivador de las historias que realmente importan, en este caso ambientadas en una bucólica ruralidad americana de unos extremadamente tranquilos 40's y 50's.

El eje de la historia (y de la película, en general) es la vida -y obra, real o ficticia- de Edward Bloom (Ewan McGregor y Albert Finney, respectivamente) del cual, en su hora última, se sabe mucho o se ha oído decir una enorme cantidad de cosas, pero -y allí el quid del asunto- se desconoce en "realidad" cuales son hechos y cuales son simples exageraciones o excesivas invenciones evasivas (¿cuántas veces nos hemos sentido compelidos a contar un buen cuento en lugar de recordar una gris cotidianidad?)

Y es a través de su propia voz que somos llevados como de la mano por su odisea por lo fantástico, desde la incredulidad de su hijo, quien sin admitirlo del todo se considera la silenciosa víctima de las invenciones de su padre, a lo cual se suma la sensación de urgencia de pérdida, lo que lo lleva a buscar momentos "de verdad" que reafirmen una relación que siente más bien de ficción.

Y de inmediato, apenas presentado, este discurso es sacado de plano por el flujo asaz más vital, asaz más necesario, del devenir ficticio-real (imposible distinguirlos a partir de este momento) de la vida de Edward Bloom, que, como es clásico en el estilo del director abunda en composiciones de colores y formas, así como en animatronics, que le ayudan a darle un toque de irrealidad a la ambientación, en especial cuando se compara el sombrío bosque con la colorida y quieta atmósfera de Spectre, y es que se trata de demostrar los constantes contrastes a los que vitalmente nos enfrentamos y por las que transcurrimos sin detenernos acaso.

Es también importante en esta película el manejo preciso del ritmo argumental, los tiempos precisos, cosa que se nota especialmente en las escenas del circo y de la Universidad en que Edward Bloom va en busca del amor, y aquí tal como se da la oposición entre el viejo (Finney) y el joven (Mc Gregor) se encuentra la contraparte en su pareja Sandra (Alison Lohmann - Jessica Lange) quien, pese a no tener demasiado tiempo de cámara, insinua más de un vital significado en el andamiaje de ficciones de su esposo. Mediante detalles sutiles.

Mención aparte merece la irrupción (verídica o no) de lo sobrenatural dentro de lo cotidiano: personajes como el gigante Karl (Matthew Mc Grory) el licántropo dueño del circo (Danny De Vito) o las hermanas Ping y Ting (Ada y Arlene Tai) y especialmente Jenny (Helena Bonham-Carter) quien en su doble papel, le da a Will Bloom la pista definitiva acerca de la verdadera naturaleza de su padre.

Y, finalmente y sobre todo, si hemos de destacar una característica saltante en este film, esta sería la sensibilidad con la que es filmado y narrado. Esta película conecta muy bien con el espectador, ya sea desde el ángulo fantástico, el drama familiar o la simple exageración, es imposible permanecer indiferente frente a lo presentado, a lo cual las aportaciones de Danny Elfman (banda sonora) y Philippe Rousselot(Fotografía)son de una gran importancia para resaltar la ambientación, por lo general mediante planos abiertos y llenos de luz, que contrastan con los espacios cerrados y penumbrosos de los últimos días de Ed Bloom.

En resumen, una película plétorica de significados, de una bien lograda factura y que profundiza sobremanera en la relación emoción-razón, desde la ficción y hacia nosotros mismos como eje para entender la vida propia. Notable.


Technorati tags: Gran Pez, cine, fantasía, Tim Burton

11/27/2006

CINE: Volviendo a casa (Homecoming) de Joe Dante


Volviendo a casa (Homecoming)
Dirección: Joe Dante
USA, 2005

Hace tiempo que no se exhibía una serie de terror tan electrizante como "Maestros del Horror" (bueno, como sólamente la pasan por cable en el canal FX, supongo que tendré que referirme a ella como Masters of Horror). Darío Argento, Joe Dante, Tobe Hooper y otros grandes directores de filmes de terror dirigen los episodios semanales. Para quienes no los hayan visto, hay disponibles versiones en DVD, que con seguridad llegaran pronto a nuestros centros formales de venta.

Los episodios duran aproximadamente cincuenta minutos. El horario nocturno permite además licencias poco usuales en series de televisión (la criatura que protagoniza la espantosa Jennifer de Darío Argento es de lo más espantoso y repulsivo que pueda imaginarse, y es difícil soportar las escenas de tortura oriental de Imprint, de Takashi Miike). El gore y el sexo no son precisamente escasos en varias de estas producciones.

En cambio, la historia de Homecoming tiende más a la crítica de la situación política que se vive actualmente en los EE.UU. La historia inicia con un astuto publicista encargado de la campaña reeleccionista del actual presidente republicano de los Estados Unidos. Nunca se nos dice el nombre del presidente, pero las placas del automóvil del publicista tienen las letras "BSH". Coloquen ustedes la vocal... Bueno, este publicista aparece en un programa de televisión indicando a la gente por qué deberían reelegir al presidente en ejercicio. Como parte del programa, enlazan a una mujer que ha perdido un hijo en la reciente guerra de prevención (ya ustedes saben cual es). Ante las lágrimas de la dama, el publicista expresa el siguiente deseo: ojalá que todos aquellos que han muerto por el país pudieran regresar a casa (de ahí el homecoming del título).

Misteriosamente, el deseo del publicista (hecho en falso, por cierto), empieza a cumplirse. Los cadáveres repatriados de unos doscientos soldados resucitan y comienzan a deambular por diversas ciudades. Las reacciones iniciales son de pánico (es alucinante la escena de la primera resurrección, con el cadáver envuelto en la bandera norteamericana), para luego pasar al humor y sarcasmo más delirante: los zombies han vuelto para votar contra el presidente que los envío a morir lejos de su patria, en una guerra iniciada a base de mentiras.

Por supuesto, los zombies despiertan las simpatías de la gran mayoría de votantes norteamericanos. Los únicos que sienten terror por su presencia son los asesores de campaña del presidente, quienes descubren que no pueden impedir a los zombies votar ni dar discursos antibelicistas en la televisión. Además, son zombies de los más pacíficos, que solamente atacan cuando se intenta manipularlos y vulnerar sus derechos democráticos.

Algunos diálogos son de antología. El secretario del presidente se pregunta cómo es que, siendo las fuerzas armadas el eterno voto seguro del partido republicano, devuelva ahora un grupo de muertos dispuestos a votar en contra. No son muchos, pero arrastran simpatías. ¿Cómo eliminarlos? Con un eufemismo legal: los declaran desertores o traidores, y los encierran.

Pero como todos sabemos, no es fácil acabar con un zombie, y donde hay uno, hay otro. Quizá los zombies de Joe Dante sean lo último que queda del sueño americano plasmado en su constitución.



Technorati tags: Joe Dante, cine, Zombies, política, terror

11/23/2006

El Ciclo del Campeón Eterno-Erekosë


Michael Moorcock es probablemente uno de los escritores mas agudos de la actualidad, que después de muchos comienzos en falso ha alcanzado una auténtica madurez narrativa. Su magnum opus es el ciclo de Multiverso, donde multiples realidades coexisten en un mismo plano físico separadas por dimensiones espaciotemporales diferentes, algo no muy lejano de lo que plantean los teóricos actuales de la física cuántica. En esta fascinante multiplicidad de mundos, hay una lucha eterna: llámenla el bien contra el mal, llámenla la vida contra la muerte, la luz contra la oscuridad, es la lucha eterna de la Ley (el ORDEN con mayúsculas) contra el Caos (la ENTROPÍA con mayúsculas). Dos bandos irreconciliables pero que se necesitan mutuamente para dar forma a la infinitud de mundos del multiverso: sin Caos, no puede haber materia prima para crear, sin Orden no puede haber sentido en la creación. Son complementarios, pero los Dioses que lideran ambos bandos preferirán morir a admitir esta simple verdad, que nosotros los simples mortales podemos reconocer tan facilmente. Esa es la tragedia que funciona como leit motiv en las historias de Moorcock. Esta lucha tan absurda que amenaza la vida de incontables vidas inocentes, manipuladas como peones de ajedrez en el Juego del Tiempo respectivamente por la Ley y el Caos, de millones de mundos y universos enteros, motiva que surjan héroes que la antítesis de ambos bandos, el Balance Cósmico, pondrá como rectificadores del desbalance en cada universo paralelo...lo quieran o no.

En esta ocasión me referiré Al Campeón Eterno por excelencia: Erekosë, el mas trágico de todos ellos, porque es consciente del absurdo de la lucha entre la Ley y el Caos (al contrario de otros como Corum Jhalen Irsei que deben ir descubríendolo por su cuenta, o aquellos vendidos al Caos como lo es inicialmente Elric de Melniboné y como lo será siempre Gaynor el Maldito), y es consciente de todas sus vidas como Campeón, de todos sus amores, de todas sus derrotas, de todos sus triunfos, de todas sus decepciones, en fin, de toda la locura que experimentaría un simple mortal si se le diera la Omnisciencia.

En el libro El Campeón Eterno (1970), un mortal de nuestra época, John Daker es invocado a un tiempo y espacio extraños por Rigenos, el último rey de la agonizante humanidad, para que sea Erekosë, el Campeón Eterno, aquel que una vez llevara al triunfo a los hombres de ese mundo contra la amenaza presente: los Eldren, el pueblo de los albinos, que existe diseminado por todo el Multiverso bajo diferentes nombres. Daker acepta la invocación encantado, pensando que a partir de ese día su vida será la de un héroe épico a lo Conan, pero pronto su moral de hombre del s. XX. chocara con la actitud cruel y decadente de los humanos y de la nobleza y porte de los Eldren, quienes afrontando la extinción inminente a manos de la barbarie humana, no toman actos de venganza, sino que dan una y otra vez la otra mejilla. Como si eso no lo dejara extrañado, se verá atormentado por extraños sueños que lo representan en multiples mundos, en multiples batallas, todas en nombre de la "Civilización", pero que no son sino masacres disfrazadas. Y solo cuando se sumerja mas en su rol de destructor de los Eldren, no será atormentado por estos. Como si un sentido de moralidad cósmica le dijera que lo que hace está mal.

Esto será confirmado por la verdad que le es revelada a Erekosë por el príncipe Arjavh de los Eldren: la Tierra pertenecía inicialmente a los Eldren, y los humanos fueron los invasores que trajeron la guerra y la barbarie, y rompieron la paz en la que vivía el pueblo albino, además los humanos invasores con el paso del tiempo, descendieron de cotas de civilización enormes a una decadencia científica, moral, y a una traición y vileza dignas del Occidente medieval. Por lo tanto, Erekosë tendrá que tomar una difícil y cruel decisión: exterminar a la especie humana para devolver la paz a la Tierra. En la guerra que los Eldren ganarán facilmente, debido a su tecnología superior no quedara un solo humano con vida. Pero eso solo será el principio de la tragedia del Campeón. Ahora es consciente que el tiempo es un círculo, que el es solo el jugete de fuerzas superiores, y que tarde o temprano (si no ya) la humanidad volverá a tomar la Tierra, y el se pregunta ¿será su lider o su destructor en ese nuevo ciclo? ¿Su aliado o su víctima?

En Fénix en Obsidiana (1970), esa breve paz que John Daker/Erekosë había conseguido para si y para su amada Ermizhad se rompe en efecto, cuando en su rol de Campeón Eterno es alejado del mundo de los Eldren para llegar a una Tierra agonizante cubierta de hielo y bajo un sol rojo (¿alguien dijo la Tierra Moribunda?) donde se encontrará otra versión decadente de la humanidad, esta vez en guerra con los enigmáticos Guerreros Plateados, y donde será reconocido como el gran héroe Urlik Skarsol (de hecho el Balance se dará la gracia de influirle con las memorias y lengua del Campeón respectivo, cuyo papel debe representar), y seguirá atormentado por los múltiples recuerdos de sus infinitas existencias.

En este extravagante mundo polar, Daker encontrará nuevos retos a la vez que respuestas sobre que o quien es el realmente. Al visitar Rownenarc, la Ciudadela de Obsidiana, será acogido por el Señor Espritual de esta, Belphig, y seguirá sufriendo sueños revelatorios, que atan su presente destino con la enigmática Espada Negra, y el aun mas misterioso Guerrero de Oro y Negro. Baste decir que en una partida de cacería en busqueda del salvaje ciervo marino, un leviatán de esos mares, Belphig traiconará a Daker/Erekosë/Urlik Skarsol ante la revelación de otro factor clave en la saga de los Campeones: el poder del Grial, el centro mismo del Balance, que revelará que el objetivo de Erekosë en ese mundo decadente es devolverle la vida...si acepta el precio que le exige la Espada Negra.

Tras muchas batallas en las que nadie es lo que parece, y donde el Campeón hará nuevos aliados, por no decir que será testigo de muchos nobles sacrificios, logrará cumplir su misión solo para saltar a otro mundo donde...

En El Dragón en la Espada (1987), Daker es transportado a través del Buque Negro, un medio de transporte usado para cruzar los diferentes mundos del multiverso, haica los Seis Reinos de la Rueda, donde encontrará a un compatriota de su mundo, y Campeón por derecho propio, Ulrich Von Bek, conde de la Alemania Nazi que se ha refugiado en ese plano, durante la eterna búsqueda del Grial por su familia (al ser este, el único objeto que permite que Lucifer pueda hablar con Dios, manteniendo a raya a los Señores del Caos en nuestro mundo), y para colmo de males será confundido con un popular héroe de los seis planos que coexisten en ese peculiar rincón del multiverso: el príncipe Flamadin. Como si eso no fuera malo, nuevos sueños y visiones lo atormentan. Visiones de los Guerreros al Borde del Tiempo que exigen a Sharadim -hermana de Flamadim- que los libere para luchar una última batalla por el Balance y encontrar la paz, y sueños de todas las diferentes ramas de las mujeres Eldren que piden a Sharadim que destruya una misteriosa espada (¿alguien ha dicho Espada Negra?) para liberar a las Eldren de ese plano, que por un capricho del destino, o quizás un designio del Balance, viven apartadas de sus hombres en otro plano.

Aquí Moorcock entra de lleno en su tema fetiche, la lucha de la Ley y el Caos, pero con un dominio del tema, unas especulaciones filosóficas y un derroche en imaginación que dejan muy atrás al "Sword and Sorcery" tradicional. Sharadim resultará ser todo menos una salvadora para las Eldren -llamadas Mujeres Fantasma en este plano y muy mal vistas-, se ha vendido al Caos, representado por el cuasiomnipontente Archiduque Balarizaaf, quien le ha prometido volverla una Señora del Caos tan poderosa como el mismo si le abre las puertas a los Seis Reinos. Las peripecias de Von Bek y Daker los llevaran al plano de las Mujeres Fantasma, donde conoceran a la que podría ser una gemela de Ermizhad, Alisaard de quien Von Bek se enamorará muy para pesar de Daker. Por fortuna contarán con la ayuda de valiosos aliados como Jermays el Encorvado, un inmortal que vaga de mundo en mundo ayudando a los Campeones (como lo hiciera Jhary-A-Conel en la saga de Corum); el Guerrero de Negro y Oro , que delatará las acciones criminales de Sharadim a Daker y se identificará como Sepiriz, sirviente del Balance y señor del destino; y finalmente, el príncipe ursino Morandi Pag (pues hay osos inteligentes a cargo de uno de los seis planos) cuyos vastos conocimientos del multiverso y sus reglas ayudarán a Erekosë a cumplir su misión.

Si se puede obtener una moral de esta historia es que la búsqueda de poder tiene un precio, porque en su ambición de desafiar al Balance, tanto Sharadim como Balarizaaf serán exiliados por este al Limbo donde nunca mas podrán dañar a nadie, mientras que las mujeres Eldren se reunirán finalmente con sus hombres, dejando para siempre los Seis Reinos tras la colosoal batalla entre las Huestes del Caos y los Guerreros al Borde del Tiempo que Daker liderará. Y se podría conseguir otra lección: quizás lo mejor en cualquier plano del multiverso sea el ser un simple mortal como Erekosë aprenderá de la mano de Von Bek, puesto que solo apegarse a su identidad como John Daker y recordar los detalles sencillos de su vida antes de ser el Campeón serán su salvación ante las tentaciones del Caos.

Al fianl John Daker regresa a su Londres natal en los últimos años de s. XX, con el conocimiento que por su victoria sobre Balarizaaf y su arrogancia, ha ganado un descanso en el largo ciclo de guerras sin fin que tiene el Campeón Eterno sobre si, un descanso en el que apreciará lo rica que puede ser la vida normal, de alguien que no tiene el destino del multiverso descansando sobre sus hombros, sobre alguien que puede vivir en paz. Claro está que ese descanso no durará mucho y tarde o temprano el multiverso reclamará a su Campeón cuando Tanelorn, el centro mismo del este sea amenazada por los hechiceros Gak yAgak, y deba unir fuerzas con Elric, Hawkmoon y Corum para derrotarlos...

...pero esa, es otra historia.

Michale John Moorcock (1939-) es uno de los escritores británicos, abiertamente declarados anarquistas, mas exitosos de su tiempo, con decenas de novelas escritas sobre el Ciclo del Campeón Eterno, en toda clase de contextos espaciotemporales (novela experimental, novela política, fantasía épica), así como uno de los críticos mas irreverentes a los íconos del campo tales como Tolkien o Lewis. Para los interesados en su vida y obras, su blog interactivo personal, sus textos en línea o reseñas de la vasta novela-río que es el Multiverso les dejo con la entrada a wikipedia en inglés:

http://en.wikipedia.org/wiki/Michael_Moorcock -donde encontrarán toda la información que les he mencionado y mas.

Technorati tags: Michael Moorcock, Elric, Fantasía Heroíca, multiverso

11/04/2006

LIBROS: Myra Breckinridge/Myron


Myra Breckinridge/Myron
Gore Vidal

Myra Breckinridge (1968) trata acerca de una hermosa mujer que literalmente se ha "hecho a sí misma", que sueña con ser la encarnación de la revolución sexual de los setentas, y hace de las suyas en la mismísima meca del cine norteamericano, Hollywood. Myra Breckinridge, la Mujer a la que Nunca Someterá Macho Alguno, empieza a escribir para dejar constancia de Su Venganza frente al Macho Dominador (y vaya que se venga...). Hasta ahí no pasa nada que pueda parecernos fantástico o irreal... hasta que descubrimos el verdadero origen de Myra Breckinridge, supuesta viuda de Myron Breckinridge y heredera de su fortuna. Un vuelco radical en la mente del lector (créanme, casi me caigo de espaldas al leer las páginas finales de esta novela). Cualquier idea preconcebida sobre la sexualidad es destruida por Gore Vidal, a través de su singular personaje, Myra Breckinridge. A riesgo de parecer (¿misógino? ¿homofóbico? ¿homofílico?), diría que en cierta forma esta novela trata de un monstruo, un monstruo llamado Myra Breckinridge. Un monstruo sexual...

Myron (1975), novela en la que continúan las andanzas de algunos de los personajes de Myra Breckinridge, cambia radicalmente de registro. De un lado, reaparece Myra Breckinridge, protagonizando un drama de doble personalidad de lo más inquietante. Pero las cosas no quedan ahí. Gore Vidal se pasa al campo de la fantasía más delirante: inadvertidamente, Myron y Myra Breckinridge son transportados al mundo detrás de las películas. Sucede una noche de 1973: Myron está en su cama, viendo por enésima vez La Atlántida , película protagonizada por la actriz de origen dominicano María Montez (¿que qué importa esto? Lean la novela, lean...). Al inclinarse sobre el televisor para aumentar el volumen, Myron atraviesa la pantalla y se traslada al set de filmación de la película, situada cronológicamente en 1948. Se encuentra ahora en el mundo de las películas, con actores y actrices famosos en la cúspide de sus carreras, contando además con la posibilidad de no envejecer (repiten eternamente el verano de 1948, fecha en la que se rodó La Atlántida). Basta adaptarse a las peculiares leyes del mundo de las películas, que no puede ser más feliz. Y eso han hecho un gran cantidad de personas que han hecho el mismo "viaje" que Myron. Eventualmente, puede percibir algunos detalles del mundo "real", como la pantalla o la marca del televisor... En cambio, los seres del mundo real no pueden advertir la presencia de las personas "trasladadas", salvo como ligeras sombras, y siempre que se interpongan en el campo de visión de los espectadores.
Pero no todos son tan felices. Myron extraña a Mary-Ann, su esposa, y Myra Breckinridge, incontenible monstruo, continúa con sus sueños de revolución (y dominación) sexual total. Descubre lo vulnerables que son los moradores del mundo de las películas, así como lo ambicioso, corrupto y manipulable de los "normales" (no podría ser de otro modo, si uno de ellos es Richard Nixon tomándose unas vacaciones pre Watergate). Myra planea algo aparentemente imposible: cambiar el curso de los acontecimientos "dentro" de la película La Atlántida de tal manera que estos afecten los sucesos del mundo real, y así concretar su sueño de re-crear sexualmente a la humanidad, a su imagen y semejanza. A menos que Myron, su némesis, pueda evitarlo.

Gore Vidal ha escrito también las novelas Mesías y Kalki , publicadas por Minotauro. Tuvo un breve papel en la película Gattaca .



Technorati tags: Gore vidal, Myra Breckinridge, Myron, fantasía, slipstream

  © Blogger template por Emporium Digital 2008

De vuelta hacia ARRIBA