12/10/2011

CINE- ANIME: Shôjo Kakumei Utena: Adolescence Mokishirokou

Título: Shôjo Kakumei Utena: Adolescence Mokishirokou 



(Utena: La chica revolucionaria - Adolescencia Apocalíptica)

Duración: 80 min.


Fecha de estreno: 14/8/1999

Concepto: Be Papas

Director: Kunihiko Ikuhara



¿Por qué comentar una película del siglo pasado ya llegados al 2011? Y más aún, cuando, en su debido momento circularon artículos, interpretaciones y exégesis de lo más variada sobre esta singular producción.



A estos cuestionamientos, creo poder responder de la manera siguiente:  Que, dada la distancia en el tiempo es quizás más sosegadamente que resulta posible mencionar lo más esencial, dejar en claro lo más resaltante y poner en valor y perspectiva el significado de esta obra, siendo esta idea válida para cualquier obra artística que se precie o que aspire a aquello que humildemente llamamos trascendencia.



Con lo anterior dado por sentado, podemos entonces afirmar sin ambages que  Shôjo Kakumei Utena  es, antes que una producción audiovisual, un concepto cuyo alcance va más allá de lo estrictamente "consumible" que puede encontrarse -incluso ahora- dentro del mundillo del anime. A saber: contamos con un manga (dibujado por Chiho Saito, encargada del diseño de personajes en la película y serie) además de la Película que hoy nos ocupa, precedida de la serie de 39 capítulos de entre los cuales varios son prescindibles y que siguen la misma estructura de los Shôjo anteriores, como el clásico Sailor Moon, construído a base de repeticiones casi rituales que se desencadenan en episodios climáticos que, consiguientemente, dan paso a un nuevo arco de historia donde las dinámicas se alteran ligeramente, preparando el terreno para la crisis posterior, y así, por oleadas, hasta el clímax final.



Tal es así, que ahora los exégetas y diversos clasificadores mencionan a Utena como una producción emblemático del sub-género yuri que es específicamente de carácter lésbico. A esto, hasta cierto punto, contribuye el diseño de persoajes, de líneas muy finas y sensuales de Chiho Saito (autora también del manga correspondiente)



Al ser interrogado acerca de lo deliberado de este enfoque (y lo potencialmente controversial para algún sector de la audiencia) el Director y jefe creativo del proyecto, Kunihiko Ikuhara, que había ganado fama considerable por otro título notable dentro del sub genero shôjo, orientado al público femenino, este afirmó que una historia de amor de este tipo fue escogida "para que el género de los personajes no entorpeciera la narración" Palabras que tienen relación también con el estilo Takaratzuka  de teatro/comedia musical, donde todos los personajes son representados por mujeres,  llegando a representar la historia como Comedie Musicale: Utena la fillette révolutionnaire.




Llegamos a la trama, en la cual me detendré lo menos posible porque tal como todo en este concepto, es sólo un medio para transmitir profundos pareceres y emociones, los personajes de la historia, al igual que en la serie homónima (estamos hablando en este caso de una variación sobre el tema, de la historia contada desde un ángulo diferente)





Esta se inicia con la llegada de Utena Tenjô (voz: Tomoko Kawakami)  a la Academia Ohtori, aparentemente un internado de alta sociedad cuya extrañas estructuras de arquitecturas imposibles dan a presagiar que algo no encaja del todo bien. En principio, Utena va vestida de chico y es incluso abordado como tal por alguna estudiante descuidada, pero el misterio se profundiza al encontrar esta, dentro del capullo de una rosa en el jardín, un anillo con un sello cuyo motivo refiere a la misma Rosa y que simboliza al oscuro consejo estudiantil. De inmediato se ve transportada un jardín en un piso superior donde una joven, Anthy Himemiya (voz: Yuriko Fuchizaki) riega unos rosales, esta se sorprende al verla con el sello de la rosa y de inmediato interviene otro estudiante, Saionji (voz: Takeshi Kusao) quien la reta a duelo de inmediato, claramente considerando a la novia de la rosa sólo un instrumento.



Este es el inicio de las peripecias de Utena, atrapada en el juego de los duelos de la "Novia de la Rosa" donde todos los participantes, sin saberlo, buscan realizar, a través de esta, algún caro anhelo que se irá revelando en su momento, dentro del denso tejido de la historia.



La narración es deliberadamente no líneal, llena de elipsis y saltos en el tiempo, estos dislates y las reacciones de los personajes (que, como encajando dentro de un plan mayor, representan tanto un color como una emoción) van poco a poco, dando forma a la idea de qué es en realidad la escuela Ohtori y cual es la función de los duelos. Lo que nos introduce a una contradicción que probablemente sea el verdadero leit motif de la producción -y un llamado de atención al fandom, bien disfrazado- es la contradicción entre el cómodo mundo de la escuela (donde "todo" es posible, aparentemente) y el mundo real, que se más ancho y ajeno que nunca, a juzgar por las crípticas escenas finales y que es el que finalmente brinda la explicación a la multitud de paradojas que adornan la trama, comenzando con las arquitecturas imposibles y continuando por diversas escenas que desafían las leyes de la coherencia.



En el apartado técnico, el guión de Shinya Hasegawa se las arregla para mantenernos entretenidos sin ceder un ápice de la complejidad de la historia en ningún momento, donde, como ya es costumbre con Utena, la verdad se revela de a pocos y apelando al uso de analogías y referencias surrealistas (aunque advertidos quedamos, ya desde la primera escena, que la escuela Ohtori no es precisamente normal) Tal como podemos ver en el segundo vídeo líneas abajo.

Finalmente, una de las razones por las que más me llamó la atención esta producción, la música. A cargo,al igual que la serie de una dupla que genera una extraña división: Mitsumune Shinkichi a cargo de las incidentales, entre las cuales se destaca un uso intensivo del piano (como en la célebre pieza Hikari Sasu Niwa, El jardín iluminado por el sol, que aparece en múltiples variaciones a lo largo de la serie y en este film) y una clara influencia del Jazz en algunas construcciones y los coros de Duelo, de estilo Takaratzuka, a cargo del artista conceptual J. A. Seazer, con fuerte influencia de elementos de Rock Progresivo, combinados con instrumentos tradicionales japoneses y letras de una poética tan intensa como a veces críptica, que recorren la más profunda gama de emociones humanas, redondeando un producto de fondo y forma muy interesantes y que seguirá dando que hablar entre los cultores del género.





Enlaces:

Ficha en Anime News Network

5/22/2011

LIBROS: El Camino de los Aegeti


Torres, Jeremy. El camino de los Aegeti. Lima: Editorial Casatomada, 2010. 181 pp.

Muchas veces en la narrativa peruana nos topamos con novelas atípicas dentro de la producción literaria de moda. Por mucho tiempo el realismo, en todas sus vertientes, por ejemplo el realismo extremo o la narrativa sobre la violencia política, han calado muy hondo en nuestro imaginario hasta prácticamente copar nuestros gustos. Sin embargo, muchas de esas obras han seguido el ritmo de una moda que parecía inagotable, sobre todo el realismo político, resultado de una etapa de desencanto en el Perú, esta es la del último gobierno de Fujimori. Uno puede preguntarse, ¿qué pasó? ¿Por qué otras vertientes literarias como la fantasía, la ciencia ficción y el terror no se desarrollaron en nuestro país como si lo hicieron en otros lares, como por ejemplo, en Argentina? Esto se debe a multitud de factores, una labor que deberá ser desentrañada por académicos notables que se encuentran en plena actividad y que, por cierto, respetan mucho el género fantástico. Porque la fantasía, en todas sus ramas, es un género agradable, vertiente de la Literatura en la cual la imaginación se desborda hasta límites inconcebibles y, a veces, rebasa estos límites para poder brindarnos historias que no nos dejan incólumes. En otra oportunidad me tocará demostrar la gran importancia que tiene el género de la fantasía en nuestro país pues siempre la hubo. Recordemos a Julio M. Del Portillo y Lima de aquí a cien años, a Clemente Palma y sus Cuentos Malévolos o los excelentes relatos de Alberto Hidalgo y Abraham Valdelomar, entre otros. Siempre ha habido fantasía en nuestro país, que no se le haya dado la prensa debida a dichas obras es otro cantar. Pero la hubo y la hay, nuestra misión como lectores constantes es descubrir aquellos textos, leerlos y revalorarlos para darle el lugar que merecen. Si hasta Mario Vargas Llosa en su libro Elogio de la madrastra tiene un par de cuentos que pueden encuadrarse dentro de las corrientes de fantasía y ciencia ficción respectivamente.

A propósito de Vargas Llosa, en su último discurso, en su homenaje por el Premio Nobel de Literatura al que fue acreedor, el célebre escritor menciona una oración que ha quedado impregnada en mi mente con gran fuerza: Uno escribe porque es rebelde e inconformista.

Sabias palabras. Precisas. Concuerdo con ellas. Coincidirá, usted conmigo entonces que no hay género más rebelde, más inconformista, más transgresor que la ciencia ficción. En dicho género el autor propone ideas con respecto a un tema o una problemática, extrapola, dichas ideas, las expone, y logra un producto que discute con la realidad primaria, la cual es nuestra propia realidad refractada en el texto escrito. Mientras la novela histórica, pongo por caso, La guerra y la paz de León Tolstoi se dedica a contarnos: ¿Qué pasó?, la ciencia ficción se formula una pregunta diferente: ¿Qué pasaría si?, ¿cómo sería el mundo?, ¿si el mundo fuera así cómo podríamos cambiarlo?, ¿si pudiéramos cambiar un mundo ya antes transformado a que nos llevarían nuestro actos?, etc. Tantas preguntas, tantas obras escritas dentro del género de la imaginación. Siempre he respetado la fantasía científica, hay quienes aún la siguen menospreciando, pero eso poco a poco va cambiando. 

Al menos este año en el Perú se han publicado varias obras de fantasía, ciencia ficción y otras tantas inclasificables, a las cuales podríamos encuadrar dentro del género de Slipstream. Por ahí alguna obra trascendental como Solo un punto de Julio Meza Díaz. Dentro de esta nueva oleada de obras pertenecientes al slipstream, corriente inclasificable que no puede definirse al ciento por ciento como fantasía neta o ciencia ficción neta, tenemos El camino de los Aegeti de Jeremy Torres. Una obra que me ha sorprendido mucho, de buena manera, por supuesto. Este libro cuenta las peripecias de Julián Spiegel, un joven limeño de veinte años que se convierte en Aegeti, un ser con poderes excepcionales. En la novela se nota el crecimiento del personaje con respecto al dominio de estas facultades, al principio las usará a diestra y siniestra, pero entenderá que su deber radica en hacer el bien y proteger a la raza humana. Hay muchos aspectos que resultan llamativos en el libro, el primero es el dilema moral. Julián no deja de problematizar su propia situación y poner en una balanza su capacidad para el bien y el mal. ¿Es justo acabar con los asesinos, violadores y demás delincuentes? ¿No son acaso ellos seres humanos a los que se debe proteger? Este conflicto moral resulta imprescindible para poder entender la personalidad del joven protagonista y, de este modo, podamos identificarnos con él, a fin de seguirlo a través de incontables aventuras. 

Por supuesto, esta no es una novela típica. No sigue los patrones básicos que cumplen los novelistas. El protagonista emite juicios, es machista a veces, racista también (su mejor amigo lo es, aunque más adelante se arrepiente de tal postura), las mujeres son vistas como un pedazo de carne. Hay errores de redacción y ortografía que muestran un gran descuido editorial, aunque existe la plena confianza de que puedan corregirse en una segunda edición. Hay lugares comunes, clichés, diálogos melosos y situaciones rebuscadas. Eso es cierto, pero nadie que lea la novela podrá decir que es aburrida. Realmente, es una obra bastante entretenida, engancha al lector desde la primera página y lo lleva a vivir una epopeya absorbente y llena de acción. La gran mayoría de los personajes rebosan de vida propia y, a pesar de que el autor maneja un gran número de éstos, no confunde al lector. Define bien a los sujetos y les da un rol adecuado a cada uno. Puede parecer una obra juvenil en principio, pero conforme vayamos leyendo notaremos altas dosis de violencia y alguna escena de sexo muy bien manejada. El camino de los Aegeti es un híbrido entre la ciencia ficción y la fantasía. Del primer género tiene varios elementos: Los mundos paralelos, la conspiración, la tecnología llevada al límite, los mutantes, la devastación de un fragmento de ciudad, los defensores del planeta, etc De la segunda vertiente tiene tantos otros: Los poderes místicos, los (super)héroes autorrealizados, las fuerzas del mal (diabólicas), las fuerzas del bien, la mitología, etc. Y cumple las cualidades de las cuales nos habló Vargas Llosa: la rebeldía y la inconformidad, estoy seguro de que el texto las pregona al máximo. Hay partes logradas, por ejemplo, la escena romántica entre Julián e Isabela Noisette, la cual nos llama la atención por lo extensa que es y por su ambientación bien conseguida, solo un preparativo para lo que vendrá más adelante, una situación de desastre extrema; y de desencanto. Haciendo una acotación sobre este punto, solo en la ciencia ficción se pueden desarrollar este tipo de ideas. Veamos, ¿qué pasaría si un arma biológica destruyera Miraflores, San Isidro, El Callao y otras zonas de Lima. Pues la respuesta se halla en este libro. El combate final ha de ser lo mejor de la novela, aquí se vuelve a apreciar el problema moral que recorre buen número de páginas. Tenemos así una escena memorable que no dejará indiferente a lector alguno. Por cierto, se puede notar que habrá una continuación debido a las grandes cuestiones por resolver que quedan pendientes en el texto. Esperemos que Julián Spiegel en su extenso peregrinaje pueda cumplir su misión. Concluyo que con este libro Jeremy Torres demuestra grandes virtudes, su talento para la construcción de situaciones y para captar la atención del lector, y una gran imaginación. Cierto es que siendo un narrador joven se espera de él un crecimiento literario, una maduración artística que lógicamente llegará con los años. A la espera de ello.

—Carlos Enrique Saldivar

5/20/2011

CINE: El Imaginario del Doctor Parnassus (2009)

Para los conocedores, el nombre Terry Gilliam (Medicine Lake, 1940) es casi siempre garantía de buen cine y de elementos siempre presentes para bien del espectador que gusta de lo fantástico, así, vamos desde el apocalíptico futuro de 12 Monos hasta los Hermanos Grimm en el que vamos de la prestidigitación al cuento de hadas hecho, irónicamente, realidad de la peor forma posible.

Parnassus es también notable por ser la última película del ganador póstumo del Oscar Heath Ledger quien falleció al apenas haber completado aproximadamente la mitad de las tomas correspondientes a su papel: un amoral hombre de negocios al cual algo siempre parece salvarlo inesperadamente.

Más allá de esta especie de Leyenda Negra acerca del film, he de decir que es una pieza muy interesante de entretenimiento que bebe de varias tradiciones y vertientes, desde el teatro del absurdo a la comedia negra, con una variedad de personajes que desafían cualquier molde preestablecido.

Tenemos en primer lugar al Doctor Parnassus (Christopher Plummer) Un viejo sabio y por una broma del destino, inmortal. En el film se declaran sus orígenes, adentrándonos en una extraña secta que canta una canción -literalmente- "para sostener al universo" (¿habrá tenido en cuenta Gilliam a la Mecánica Cuántica y la teoría de cuerdas en ello?) y en el clásico episodio de caída de la gracia de la mano de un torcido, socarrón, apostador y siempre de bigote y sombrero diablo (el inacabable rockero Tom Waits) que es el punto de inicio de una larga historia de la que el espectador solo se entera indirectamente y que sirve de marco para el drama central del film.

Este drama involucra a la joven hija de Parnassus, Valentina (la modelo Lily Cole) quien lo asiste en un teatro ambulante junto con un joven prestidigitadot de nombre Anton (Andrew Garfield) y otro viejo compañero de la secta, Percy (Verne Troyer) teatro en el que ofrecen, a través de un espejo mágico, un camino a la iluminación para quien se atreva a transitarlo, intención que se suele ver frustrada por los astutos ardides del diablo que acaba tomando para sí las incautas almas que se pierden detrás del espejo. Este cuadro se termina de completar con el hallazgo, colgado de un puente, de un misterioso hombre llamado Tony (Ledger) quien además de estar colgado, lleva un extraño tubo en la garganta.

Así, van agregándose los elementos de la apuesta final con el diablo, en la que "Tony" tendrá una participación crucial.

Un tema interesante que la trama de la película plantea es la dualidad realidad/imaginación, léase, el mundo detrás del espejo (como en la novela de Lewis Carroll) donde es la imaginación de quien cruza, potenciada por las misteriosas habilidades de Parnassus crea las leyes de funcionamiento de este, rompiéndose cualquier concepción preestablecida, tema con el que Gilliam juega bien para compensar la ausencia de Ledger: así, en un viaje al imaginario donde la imaginación de una mujer de mediana edad prima, Tony cambia de apariencia volviéndose, literalmente, Johnny Depp. En otra circunstancia, las propias fantasías de poder de Tony lo llevan a asumir la forma de Jude Law y en un ingreso posterior, esta vez de la mano de Valentina, es la forma de Colin Farrell la que el personaje toma.

Sin duda una salida creativa, donde vemos que el imaginario tiene sus propias reglas y que, para cada participante en este, el imaginario resuena y proyecta una nueva realidad, de acuerdo a las pulsiones o deseos de quien en el entra, lo cual nos lleva a otra muy humana paradoja: la distancia entre conocer la verdad sobre uno mismo y aceptarla.Una contradicción que se muestra claramente en el Filme, donde, a cada sugerencia de Parnassus dentro del imaginario (incluyendo cosas tan disparatadas como un baile can-can protagonizado por policías usando portaligas y zapatos de taco) está siempre presente la del Diablo, ofreciendo la salida fácil que siempre acaba en condenación.

En resumen, una película que destaca por lo original de su trama, lo creativo de sus resoluciones y sobre todo, por el testimonio de solidaridad que reperesenta, cosa ciertamente rara en la "hoguera de vanidades" que suele sea la Industria del Cine.

Finalmente... ¡el trailer!

2/12/2011

RESEÑA: Fanzine EL HORLA

El Horla

Fanzine de Fantasía, Terror y Ciencia Ficción
Año 1 / N° 01 / Editorial Vellocino de Oro


Aunque se presenta como un fanzine termina como una revista digna acompañante de su hermana mayor Argonautas. La carátula de Bacon surreal e inquietante marca el sendero por donde se deslizarán los textos, parece traslucir una invitación hacia una situación incómoda pero enriquecida de emociones. La contracarátula con un dibujo de Pham LeUyen expone una mezcla tremebunda de horror y seducción colereada con acierto y recogiendo la angustia onírica del uno y el apetiro masivo de la otra. Los selección de las viñetas interiores puede mejorarse para un próximo número pero manteniendo la presentación de las webs latinoamericanas e hispanas de nuestros géneros emblemáticos.

El editorial visceral y sincero nos permite transitar por las venas abiertas del proceso editorial, así mismo nos entrega con ejemplar desparpajo las pulsiones secretas y anécdotas ocultas del autor que acude a compartirlas con la convicción que durante la lectura cada cual conforma ese ser multiforme y potente del cual nos hablaba Karl Gustav Jung, y es que en cierta forma recorrer los textos nutre ese constructo denominado “inconsciente colectivo” de la humanidad que permite explicar tantas extraños eventos. Según como abordemos las minibiografías serán con frecuencia tan sabrosas que constituyan un adecuado postre para el cierre o un agradable cordial de introducción al banquete literario propuesto.


Clonandino: Adriana Alarco de Zadra
Más allá de su tono ligero y líneas ingrávidas, casi suave miel, posee un fuerte núcleo que funciona como atractor: la posibilidad tecnológica de lograr lo que consideramos imposible. Y cuando creímos llegar al muelle de la carcajada con alguna burla al miembro clonado, chocamos contra el énfasis social, la denuncia que la autora asume en muchos de sus sentidos relatos, aquí atiborrado con recuperación de imágenes mitológicas, ligadas a la defensa de los discapacitados y expresiones del cinismo habitual con que el bloque de poder se solaza en perpetuar sus desatinos.

Hay que escuchar a los hijos: Carlos Enrique Zaldívar
Empieza colocándose bajo el abrigo protector de uno de sus autores más queridos mientras desbroza con detallada observación los comportamientos sociales de los implicados, y aunque presentimos de que tema debe tratarse, con una resolución siempre desplazada al párrafo siguiente logra acicatearnos para que arribemos a la sorpresa final. A pesar de que el uso del tiempo es deliberadamente confuso consigue transmitirnos una dimensión adicional cuando se recurre a la lectura dentro de la lectura. Nunca existirán explicaciones de porque el padre cubre jornadas de trabajo tan extenuantes ni como soportan una niñera tan negligente y horrorosa ni otros temas semejantes, pero no importa cuando palidecen ante el sortilegio inmarcesible de una cierta eternidad tramposa.

El amante de Irene: Daniel Salvo
Fluído, nos contagia al instante de su humor sarcástico, de su solapado intento de desmontar las artimañas de una familia suburbana para continuar estirando su vida convencional hasta el definitivo momento de la separación, ya no se quieren pero desean proseguir hasta el engaño final, y es que ese contacto ET que nos ofrece es sorprendente como un uppercut que irrumpe cuando menos lo esperas por el significado que lo acompaña, ¡ay, de las reivindicaciones de género!.

Selene: Gonzalo Del Rosario
Deriva ontogénica pautada por las etapas sexuales, no explicará cual tecnología se usa para captar cada coito realizado con afán, cada movimiento dibujado con placera, así que no tendremos otro remedio que otorgarle al diabloo a algunos de sus congéneres, discípulos o sirvientes el poder para liquidar a la víctima con la comprensión de sus avatares digitales y un postrer polvo.

¿Encuentro...?: Luís Antonio Bolaños De La Cruz
Un náufrago, fruto tardío de conflictos empresariales a largo plazo y choques violentos a renglón siguiente, sobrecargado de subsistemas redundantes mantenedores de vida, pero que no encuentra a su Viernes que lo redima sino a su verdugo que lo aniquila; una forma de vida muy ET aterrorizada por extraviar sus referentes colectivos, diseñada con acierto, y entregando suficientes elementos para conjeturar sobre su sociedad, sus angustias e intrigas y lo que influye sobre la toma de decisiones; planos que se mixturan para armar un desenlace fatal entre dos solitarios en medio de la aridez interminable de las planicies desgastadas de un planeta moribundo, ambos signados por la tristeza y... la desolación aunue por diferentes motivos. Una imagen sobre la dificultad de comunicarnos que sólo encontraremnos en el marco de un relato de CF.

Desencuentro: Luís Cangalaya
De la existencia dinámica universitaria al latido vibrante pero en simultánea indiferente de un cafetín, para exponer en las flagrantes heridas del protagonista el romanticismo más desenfrenado y especular, ya que lo que nos sacude en el papel sucede en una habitación muy particular y no dudamos que será la clave para la escena final.Y aunque no lo crean tras mis palabras, acaba bien.

Marcas: Eva Asdi
Eva nos presenta un excelente relato, tan gráfico que a pesar de no tenerlas, imaginamos las viñetas, resueltas con humor y gracia, atrapando destellos que recuerdan desde las incursiones de Julius Zimmerman hasta las de Joseph Michael Linsner y Jay Atanasio en el sabroso tema de relaciones sexuales entre ángeles y demonios.

El Jala Alma: Dennis Arias
Entre coloquial y casi costumbrismo campesino crea en pocas líneas el sinsentido necesario, y sin embergo coherente, para degustar lo fantástico y convertir el Jala Alma en un protagonista ordinario de la historia, pero donde lo insólito se torna cotidiano gracias al enfoque del autor.

Ramón, Doctor Corazón: Luís Torres
Buena redacción en esta muestra de ciberpunk peruano, ambientado cual mural exhorbitante promete mucho pero no remata, o como fresco colorido, al inicio apabullante pero que se despinta al final cuando se diluye y prácticamente no pasa nada, parece un capítulo para una obra de más largo aliento.

El nombre: Julio Meza Días
Las posiciones son trazadas desde el marcador y las descripciones del proceso apenas disfrazan y más bien revelan la realidad peruana que emerge con transparencia y fuerza, quizás porque el deporte y sus franjas conexas como tema de fondo combina frustración continua y anhelo trocado en una burla colosal que desnuda a los Medios Masivos de Información y las jerarquías, broma que no por chabacana deja de ser paradigmática. Julio se esmera y se lo agradecemos... a pesar de la crueldad con que trata a su personaje.

El cigarro que volvía: Luís Eduardo Milano
Demasiado humo, demasiado vicio, demasiada tragedia, demasiada locura, con esta reiteración apunto a un relato con enfermedades inexistentes, palabras fetiche, mitos de la tecnología, aspectos que que no convencen hasta que aparece el episodio sobre el cual pivotara la magia de un pucho interminable (demasiado humo) que mezclado con el exceso (demasiado vicio) transforma el panorama en nauseoso, en asqueroso (demasiada tragedia) empujando al éxtasis definitivo de morir inhalando humo (demasiada locura), y es que así nos sentimos ante el conseguido personaje que nos endilga Luís ¿qué más se puede pedir?

2/11/2011

Eludiendo la distopía para echar a volar la mariposa de la utopía



Eludiendo la distopía para echar a volar la mariposa de la utopía

Luís Antonio Bolaños De La Cruz

Una conversación con un amigo mientras degustaba una ensalada de frutas y enseguida la lectura de un interesante texto de Perry Anderson “El río del tiempo” donde recurre indistinto a la sociología y la ciencia-ficción para pensar sobre el devenir de las transfiguraciones de las categorías de la existencia me motivo a presentarles este par de páginas donde insisto, como es usual durante los debates de Coyllur, en especial este sábado 28.01.11, cuando trato de explicar mis ideas acerca de las propuestas tecnológicas de mejoramiento de los modelos anatómicos humanos: no es mutilación sino inserción, no es destrucción de esencias sino potenciación y expansión de las mismas, no es invasión de corpúsculos letales sino convivencia con microformas vitales que nos añaden valor y tiempo de vida, no me colocan prótesis sino me habilitan extensiones, en fin que soy de los que se ubican en la ruta de la “revolución” realizada en el único lugar donde no me pueden alcanzar los megapropietarios de las cosas: en mi propio cuerpo. Recuerden que no extraviaremos ninguna identidad porque esa ya la posee la corporatocracia, lo mejor es que forjaremos una a medida de nuestros sueños y apetencias nutrida por sucesivos conflictos cognitivos que se plasman en intervenciones somáticas, por eso la propuesta fáctica apunta hacia una apropiación consciente de la ciencia e incorporación práctica de los frutos de la tecnología, la ciencia-ficción y las redes, a través de una entidad cuya colonización podemos eludir: nuestra mente.

Ni cyborgs ni biomáquinas: La próxima revolución tecnológica no sólo ocurrirá en nuestros cuerpos como señalan pos transhumanistas sino que traerá aparejada por primera vez la posibilidad de innovaciones a medida de cada cual, ya que muchas de las inclusiones se a incrustarse bajo la dermis o de los micocomponentes que circularán en sangre y linfa estarán basadas en el propio ADN, los nanoartilugios de sostenimiento y reconstrucción continua de una situación saludable sufrirán de indeterminación cuántica en el sentido que serán influidos por el entorno intelectual de la mente a la cual nutren, las minimáquinas que nos sembrarán se someterán a las especificidades del cuerpo en el que se desplazarán, y los biochips a los que recurriremos incorporarán fractalidad sensible a la voluntad del individuo recipiente. No obstante, nos mantendremos vinculados a la naturaleza, a la defensa de los ecosistemas y el ambientalismo militante, único entorno que garantiza la exploración inteligente y sensible de Gaia.

Las ontologías del presente exigen arqueologías del futuro, y no predicciones del pasado: Potenciados, aumentados, lanzados a un universo donde el secreto individual habrá desaparecido merced a las hiperedes interconectadas requeriremos crear asociaciones para redistribuirnos y en esa opacidad de la gestalt conformada por la multitud que soy pero en la cual no me disuelvo porque conservo mi patrón organizativo para encontrar una opción de intimidad que es manifestación artística y enlace; claro que compartida, pero impenetrable porque la rapidez con que cambian sus algoritmos estará impulsada por la primera tecnología biológica de comunicación más rauda que los mecanismos externos que intenten escanear sus procesos, lo único que encontrarán serán los pecios sucesivos de las colisiones creativas, preñados de contenidos pero virados hacia la periferia de la colectividad, y que no darán cuenta del momento real en que vibran, aunque si de los derrelictos de sus imaginación.

Paisaje de pixeles y matices: Nos moveremos ondulando sobre vastas planicies de datos, y mediante acoples estructurales mixtos y multidimensionales exploraremos los “quizás” con tanta intensidad como las “concreciones”, sin estar constreñidos por imposiciones ideológicas diseñaremos ovisistemas que simultáneamente son trampas para impedir rastreos y procreadores de huellas de intelecto que serán reconocidas como la firma del grupo (la perspectiva es que cada cual tras un período de ensoñaciones puede mantenerse o migrar hacia otros colectivos semejantes o no según la volición y las clausuras operacionales preprogramadas para arranques y aceleraciones que establecen la profunda diferencia entre átomos y bits y trazan la ruta de salida del sistema de propietariado.

Crujientes y lubricados, una humanidad en epifanía: Despiertos, dinámicos, activos los humanos nos desplazaremos tanto en físico como en gestalt por los terrenos colectivizados de la ciencia expresada en tecnologías, avances de investigación, teorías explicativas, miríadas de informaciones y así nuestra deriva ontológica estará teñida de una cierta deriva discontinua pero rastreable con meditaciones, que irán conformando una dilatada deriva filogenética con corrientes de reflexiones intensas y veloces encuadradas en océanos lentos de pensamientos y a cuyos manantiales y flujos podremos acudir a cada instante desde la red o nuestros propios cerebros quebrando tapices temporales y disolviendo con intuición los bloqueos que puedan presentarse por las colisiones cognitivas que no logran interpenetrarse a la velocidad con que son requeridos por las asociaciones transitorias que juegan y se acarician en mente y músculo para propiciar una llovizna de orgasmos, demoliendo los restos del trabajo alienado y transitando de la necesidad a la libertad.

Imagen: Hayden Panettierre is a cyborg por J(mtonic.com)

1/16/2011

JUEGOS- WARHAMMER 40000: Dawn Of War

¿Por qué hablar de Warhammer, cuya historia está evidentemente ambientada en un futuro lejano en un blog de fantasía? Por la misma razón por la cual un juego como Final Fantasy estaría en este blog, al final, si sacamos la tecnología y los efectos especiales, estamos frente a una típica obra de Fantasía, peor aun, del tipo Sword & Sorcery

Hablar de Warhammer 40000 si bien para el común de las personas puede no resultar del todo familiar, para los entendidos en materia de juegos y en particular en lo que representen los juegos de Rol de tipo manual (usando tarjetas al mejor estilo Yu-gi-oh) son una de las franquicias más célebres.

Es de este modo, e inspirado en la novela homónima que THQ produce este juego de estrategia en Tiempo real ambientado en el universo de esta franquicia y en el que seremos participes de otro episodio en que la humanidad, agrupada en algo llamado el Imperio de la Humanidad (Imperium) y sus fuerzas, se enfrentan a las fuerzas de otras civilizaciones, cada cual con sus particulares características e intereses.

Tenemos en primer lugar a los Orkos, raza guerrera que, por sobre todas las cosas, valora la fuerza y no aprecia nada más que una buena pelea. También a los Eldar, la antigua raza cuyas acciones pueden resultar incomprensibles para los humanos, pero que son impulsadas por la habilidad de estos para ver el futuro y finalmente los archienemigos de la humanidad, las terribles fuerzas del caos.

Durante la campaña de este juego, el jugador toma control de la tercera compañía de los cuervos sangrientos, un capítulo de los Marines Espaciales (Space Marines) considerados como los más poderosos entre las fuerzas de la Humanidad, estos guerreros, altamente capacitados y geneticamente mejorados, representan al misterioso Emperador de la humanidad, confinado al Trono Dorado en la Tierra.

Las fuerzas regulares de la humanidad están conformadas por la llamada Guardia Imperial, formada por soldados conscriptos que son fácil presa de los enemigos.

Es de hecho, en medio de un luctuoso episodio donde los Orkos, atacando un planeta llamado Tartarus (Tártaro, como en la mitología griega, la referencia no es casual) parecen desbordar a las fuerzas de la Guardia imperial cuando los Marines Espaciales aparecen para salvar el día.

Ante la dramática situación: el comandante de la fuerza, Gabriel Angelos y el Bibliotecario Isador Akios, se movilizan para enfrentar a los Orkos, confiando en su capacidad de combate pese a encontrarse en clara inferioridad numérica.

Así, en el transcurso de sangrientas batallas, los Space Marines se verán envueltos en los horrores de la guerra, así como en la conspiración de las fuerzas del caos, que tienen en la mira al planeta por una muy definida razón.

En cuanto al modo de juego, Dawn of War se diferencia de otros juegos de Estrategia en Tiempo Real (como por ejemplo, los títulos punteros de Blizzard, Starcraft y Warcraft) en varios aspectos: el primero y más saltante es que no manejamos unidades indivuales sino colectivas (escuadras, las llaman) con las excepciones de los vehículos de combate y algunas unidades especiales, la base de las fuerzas son unidades de combatientes que funcionan colectivamente durante el juego. Estas pueden ser reforzadas y mejoradas en el campo, complicando un poco las estrategias de los jugadores

Asimismo, además de la vida (o los puntos de daño) de cada unidad, se agrega un componente, la "moral" que se puede definir como el ánimo al luchar de la unidad, con lo cual, una unidad desmoralizada será más fácilmente aniquilada por el enemigo, del mismo modo, algunas armas enemigas son mejores para disminuir la moral que otras.

Una tercera diferencia es que los recursos necesarios para construir nuestras fuerzas están en relación directa con la cantidad de territorio del mapa de juego que controlamos mediante la posesión de puntos clave sobre el terreno, los cuales confieren a su ocupante una cierta tasa de obtención de recursos, así como acceso a tecnologías particulares, útiles para producir las más poderosas unidades del juego (las llamadas reliquias). Al igual que otros juegos, existen dos tipos de recursos, junto con el rendimiento de ocupación del territorio está también la energía, producida por generadores de plasma que deben ser construídos por los jugadores para tal fin.

Este juego cuenta con tres expansiones: Winter Assault, Dark Crusade y Soulstorm donde lo esencial se mantiene, aunque intervienen más razas que las ya mencionadas (en Winter Assault se puede jugar con la Guardia Imperial, en Dark Crusade aparecen los Tau y los Necron y finalmente, en Soulstorm entran en escena las Hermanas de Batalla y los Dark Eldar.

Como colofón a esta nota, basta decir que estos juegos son, para el habituado a los RTS, una buena pieza de entretenimiento, con una trama si bien no muy interesante, si bastante intensa y envolvente, para muestra, lo siguientes dos vídeos líneas abajo, grabados directamente del juego.




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