9/01/2006

LIBROS: El horror en la literatura


El horror en la literatura
H.P. Lovecraft
Alianza Editorial
Madrid, 1984.


Pese a que uno promete dedicarse solamente al disfrute y solaz que proporcionan los libros, cómics, series y películas de ciencia ficción, terror y fantasía, a veces es inevitable caer en el intimidante mundo de la crítica y teoría literaria. O sea, cuando reflexionas sobre el género, ¿captas? O sea, cuando no lees ciencia ficción, terror o fantasía, sino que lees sobre ciencia ficción, terror y fantasía.
En este predicamento, suelen darse dos situaciones: o das con un libro difícil de entender (y que encima ha sido escrito por alguien a quien no le gustan o no entiende los géneros), o das con otro que opta por una actitud supercomplaciente y que te dice que tooooodo lo que sea ciencia ficción, terror y fantasía es el último reducto de la creatividad, la última expresión de la vanguardia y demás fanfarrias. Bueno pues, ni tanto ni tan poco, hay de todo y para todos los gustos, y nada mejor que una buena cantidad de lecturas para formarse un criterio (y un gusto) propio. La teoría puede iluminar, si, pero siempre y cuando haya un espacio ya ocupado.
Para el caso de "El horror en la literatura", a los admiradores incondicionales de H.P. Lovecraft nos basta el nombre (que en este caso sí es importante) para ir sobre seguro: quienes creen que sólo la narrativa de H. P. Lovecraft vale la pena, esperen a leer este libro. Se disfruta de principio a fin.
Básicamente, el libro contiene las teorías de H. P. Lovecraft sobre el cuento y la novela "de miedo", al mismo tiempo que un bastante completo recuento de novelas y relatos de horror escritos en occidente (es decir, Europa y Estados Unidos). Parte de la cuestionable teoría de que los pueblos latinos son muy racionales (!) para crear cuentos de terror efectivos, siendo los pueblos anglosajones los auténticos maestros del género. Se basa en una idea determinista: en los pueblos nórdicos abundan los bosques, a diferencia de los mediterráneos. El bosque, como espacio en el cual la naturaleza se enseñorea sobre lo humano, sería el germen del miedo, de la manifestación de fuerzas frente a las cuales el hombre nada puede hacer. Discrepo. Esas fuerzas capaces de generar tal extrañamiento respecto al orden conocido, y que generalmente se manifiestan de una manera malsana para los seres humanos, pueden suscitarse en cualquier lugar y ser apreciadas (es un decir) por cualquier mente. No creo que estemos vacunados contra el horror.
A manera de segunda parte, Lovecraft hace un recuento de todas las novelas y relatos de horror que conocía en su tiempo, los cuales serían parte de una especie de "tradición", siempre desde el mismo punto de vista anglo-eurocéntrico. Así pues, se mencionan las novelas góticas aparecidas en Italia y Francia en el siglo XVIII, culminando con los cuentos y novelas publicados a principios del siglo XX, sobre todo, los publicados en los Estados Unidos.
Algo que se puede apreciar es el placer que despierta la narrativa de horror en Lovecraft. Se detiene a detallar varios aspectos de la trama de las novelas que comenta, incluso cuando se trata de aquellas a las que no otorga mayor valor terrorífico, pero que no puede obviar por el efecto que tuvieron al momento de su publicación.
Alianza Editorial continúa editando este ensayo de Lovecraft, en el cual no pierde un ápice de la fascinación que ofrece el resto de su obra.


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1 comentarios:

Papeto

Admiro a H. P. Lovecraft, pero su injusta apreciaciòn sobre la literatura de ciencia ficciòn, fantasìa y terror producida por nuestro subcontinente corresponde a planteamientos acadèmicos expresados, por no ir lejos, en la misma definición de Ciencia Ficción supuestamente "redemostrada" y aceptada por los cículos acadèmicos y literarios de Occidente -nuevamente, como muy bien apuntas, Europa y Nortemérica... el resto de Occidente no existe-, "[...]que formuló Brian W. Aldiss, según la cual esta corriente literaria está “característicamente tramada en el modelo gótico o post-gótico”[...]" (cita tomada del artículo "Discurso sobre un nuevo mètodo para el estudio de la ciencia ficción latinoamericana" de Miguel Angel Fernández). Ahora bien, nuestra narrativa fantástica y de ciencia ficción es eminentemente pragmàtica, circunscrita a nuestra cotidianeidad y realidades propias y por ende, divergente mas no opuesta a la elaborada por la cultura anglosajona.
Pero incluso esta realidad es, para los estudiosos del género, una limitante o una razón para la casi pobre (?) o nula (?) producción de literatura latina de fantasía y aventura. Citando nuevamente al señor Miguel Angel Fernández,:

"[...]Un ejemplo obvio de que la metodología hasta ahora empleada no es la más recomendable, aparece en la antología editada por James Gunn, The Road to Science Fiction. Volume 6: Around the World (1998) . En el capítulo dedicado a España y Latinoamérica, puede leerse en la introducción:

"When it comes to science fiction, Spain and Latin America share more than a language: primarily agricultural, slow to industrialize, influenced more by tradition than the forces that produce change, they have found little in science fiction that speaks to their condition. Because of their European neighbors, perhaps, Spain had some early SF experience, but Latin America was more isolated... Latin America’s major contribution to science fiction and fantasy (and literature itself) has been “magic realism”". V. Traducción al final.

La aplicación de semejante criterio -que en realidad se trata de un prejuicio- llevó a que se publicaran en esta antología dos relatos de ciencia ficción (“El jardín de alabastro” de Teresa Inglés y “La lotería en Babilonia” de Jorge Luis Borges), que recuerdan lo escrito por los autores estadounidenses; y dos relatos que pueden pertenecer al realismo mágico, pero no a la ciencia ficción, como lo son “Blacamán el bueno, vendedor de milagros”, un cuento de fantasía de Gabriel García Márquez, y “Chac-Mool”, un cuento de horror de Carlos Fuentes.[...]"

Me encuentro totalmente de acuerdo con lo manifestado por el señor Fernández, y así se explica uno también el por qué el desprecio de nuestros académicos y literatos por el género producido localmente y la adhesión a los postulados de Ortega y Gosset, según el cual sólo la novela sicológica tenía futuro en nuesto subcontinente.

Otra razón local para el desprecio por el género, pero ya a nivel local -el cual en mi concepto es mucho más triste y odioso que el manifestado por los círculos literarios y académicos foráneos-, es la persecución implacable que en nuestras tierras adelantaron los agustinos desde el Santo Oficio, especialmente para sofocar las ideas revolucionarias, liberales y humanistas provenientes de Europa de los siglos XVII, XVIII y XIX; a pesar de que en Europa la Inquisición había perdido la relevancia de antaño... bueno, excepto en España. Pero las reformas educativas introducidas por la Corona a mediados del siglo XVII, impulsadas sobre todo por los admirables jesuitas -lo que al final propició su expulsión sumaria de las Américas hispánicas en ese mismo siglo- no lograron impactar sino a reducidos círculos intelectuales, sobre todo por la estructura social que el aparato oficial colonizador mantenía y que le era provechoso. Sus consecuencias las vemos aún hoy.

Me entristece, de todos modos modos, saber que gigantes como Lovecraft sea uno más de los contagiados con este prejuicio con respecto a nosotros, aunque puede ser esto el aliciente que nos impulse a proponer nuevos caminos al género, tal como se logró con la explosión literaria de la Nueva Generación de los '60s, de la cual el máximo exponente en mi páís es Gabriel García Márquez y su "realismo mágico".

Si deseas ver el artículo completo del señor Fernandez, y su acierto al señalar lo sui generis de nuestra ciencia ficción, fantasía y horror, puedes visitar el siguiente link:

Discurso...

Saludos y muy pero muy bueno tu blog. Voy a linkarlo desde el mío.

Traducción: "Cuando hablamos de ciencia ficción, España y Latinoamérica tienen en común más que el idioma: una agricultura de subsistencia, lenta industrialización, influencias provenientes más de la tradición que de las fuerzas que producen cambios; produciendo una ciencia ficción que habla de esta condición. No obstante, a causa de la influencia de sus países vecinos en Europa, España ha obtenido una experiencia más cercana a la ciencia ficción, pero Latinoamérica se encuentra más aislada [en este sentido]… La mayor contribución latinoamericana a la ciencia ficción y la fantasia (y a la literature en sí), ha sido el “realismo mágico”. Traducción: Talleres Jadani mc.

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