9/26/2009

CINE: Déjame entrar


Director: Thomas Alfredson
Guión: John Ajvide Lindqvist
País: Suecia
Año: 2008
Título original: Lat den rätte komma in


En estos tiempos en los que las películas de vampiros para adolescentes están de moda, pareciera que una película más sobre estos seres inmortales que se alimentan de sangre no tiene nada nuevo que decir. Pero Déjame entrar es una de esas películas que nos demuestran que nunca está todo dicho respecto a nada en el mundo, y menos, respecto a los vampiros.
Déjame entrar es una película sueca, basada en la novela del mismo nombre de John Ajvide Lindqvist, que de un lado nos hace preguntarnos por qué no hay más vampiros en Suecia, dado que se trata de un lugar donde la noche puede durar tanto... Lo que sería ideal para un vampiro o cualquier ser nocturno.
Como historia, casi podría presentarse como un cuento de hadas protagonizado por dos niños, que aparenta un final feliz, excepto que los dos niños - Oskar y Eli, de doce años, vecinos en un edificio de departamentos situado en Estocolmo - no son para nada niños normales. Oskar es el típico niño débil y temeroso que tiene que aprender a sobrellevar los maltratos de los sempiternos abusadores escolares. Carece de amigos, por tanto, y una de sus diversiones consiste en salir por las noches a su patio y fantasear con vengarse de sus acosadores, venganza que incluye proyectos de muerte. En una de esas noches, se encuentra con Eli, una niña de su edad, tan solitaria como él. No es para menos, pues Eli es una vampira, una niña-vampira que pese a su hambre y poder monstruoso, se nos presenta tanto o más frágil que el propio Oskar.
Inevitablemente, ambas soledades se atraen, pues para Oskar es el único punto de contacto con el lado amable y luminoso de la humanidad (vaya ironía), y para Eli, que tiene doce años "desde hace mucho tiempo", acaso también la única oportunidad de recuperar una humanidad que ha perdido (de muchas maneras, lo que le da más de un sesgo doblemente ambiguo a la película, a juzgar por lo que nos sugiere un breve pero devastador desnudo).
Pero Eli no se puede dejar de alimentar, y para ello cuenta con la ayuda de un cuidador, de quien no sabemos si se trata de su padre o de alguien que pudo ser otra cosa en su pasado. En todo caso, es de lo más revelador que dicho cuidador le pida, en una ocasión, que por esa noche al menos no salga a ver a Oskar. ¿Son celos de padre, de un amante... o quiere proteger al chico de un destino similar al suyo?
Las cosas llegan a un punto álgido cuando Eli se ve en la necesidad de alimentarse por sí misma, al mismo tiempo que Oskar se verá en la necesidad de enfrentarse a sus malvados compañeros de escuela, lo que producirá un punto de inflexión en la película: Oskar mostrará un lado sombrío y hasta cruel - como cuando le exige a Eli que entre a su casa sin invitarla, a sabiendas de que los vampiros sólo pueden ingresar a donde son invitados, de ahí el título Déjame entrar - , mientras que Eli comienza a percibir que acaso está completamente sola y desvalida, a pesar de sus poderes de vampiro. Empero, Oskar llega a recobrar su humanidad, para decidirse a compartirla con Eli, aunque el precio siempre sea la sangre de otros.
¿Final feliz? Parece que sí, aunque será el espectador quien debe arribar a su propia conclusión. En lo que a mi respecta, espero que Eli y Oskar sean felices, dondequiera que estén.

POSTDATA: No pierdan el tiempo esperando que la estrenen en ningún cine. Consígansela como puedan.

Aquí el Trailer:

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