10/26/2009

LIBROS: El Glamour - Christopher Priest


Título: El Glamour
Título Orignial: The Glamour (1984)
Ediciones Minotauro, 1999
Traducción: Rubén Masera.

De Christopher Priest (Cheadle, 1943) se pueden decir muchas cosas, con la excepción de ser un escritor fácil de leer y de digerir.

Con una obra que abarca más de tres décadas y sucesivos transcursos por la fantasía y la ciencia ficción, siendo autor de obras tan notables como The Affirmation, The Prestige (llevado al Cine por Christopher Nolan, en El Gran Truco) y The Separation y puedo decir, habiendo leído varios de estos títulos, que muestran tanto un estilo particular como una forma de hacer historias y enhebrar personajes y situaciones.

El diccionario Merriam-Webster define a la palabra Glamour como:
  1. Un hechizo de magia
  2. Un excitante y frecuentemente ilusorio atractivo
Entonces, cuando hablamos de Glamour, estamos hablando no de verdad sino, de los procesos por los que pasamos para hacer la realidad y la experiencia de nuestras vidas algo coherente y razonable y por ende, todo lo que dejamos fuera para qué lo que tiene sentido en nuestras cabezas lo siga teniendo.

Priest apela a las definiciones ya mencionadas como elementos constitutivos del texto, siendo esta, al final, un intermedio entre lo imaginario y lo real, lo plausible y lo mágico, el chato mundo real o las posibilidades fantásticas presentes.

Otra cosa caracteriza Priest en esta novela es el manifiesto minimalismo tanto en la construcción de los personajes como en la de los escenarios, ya que no se pasa de descripciones elementales y luego el reflejo sobre el ruido de fondo, del personaje involucrado.

Nuestro protagonista, un camarógrafo entrado en años de nombre Grey, se ve arrastrado sin querer dentro de una vorágine de acontecimientos muy particulares, las cuales nos serán reveladas a cuentagotas en el texto.

El minimalismo se demuestra también en la escasa cantidad de personajes presentes en la trama, apenas tres y unos cuantos más secundarios, cuya función pasa por la de participantes mínimos en el drama de los otros. Y es que tranquilamente, esta novela podría ser llevada al Teatro por dos cosas: la densidad de los diálogos y el ritmo de la narración, que fluye entre pausado y confuso y que incluye, de manera sorpresiva, varios puntos de vista o capas de significado.

El primer punto de vista a examinar es el del protagonista Grey, un solitario hombre consagrado a su trabajo y con un ligero vacío interior, con él, el lector viaja pegado al suelo, tanto en sus narraciones de viaje de vacaciones como en sus hechos cotidianos narrados en capítulos posteriores, vemos a través de Grey el tapiz gris de lo cotidiano, el ansia de aventuras controladas (osea, la aversión al riesgo o su minimización) y la vena de asombro que ocurre cuando los sucesos inesperados se precipitan.

El segundo punto de vista a tratar es el de la contraparte femenina de Grey, Susan (o Sue) una mujer (y artista) tan solitaria como Grey y poseedora de una cualidad singular, transita entre la estabilidad “perfecta” y la alucinación más devastadora, entre la tentación de la credulidad y el radical velo del escepticismo, así es como este personaje, manipulada por muchas fuerzas e incapaz de liberarse sino a través del otro, resulta ser el eje sobre el cual giran los acontecimientos de la novela: sus descubrimientos, sus hábitos, sus habilidad e incluso su capacidad para amar se reflejan claramente en los otros personajes, dándoles sentido y relevancia.

El tercer punto de vista que interviene en la trama es el que se encuentra del otro lado del espectro, Niall, un antiguo compañero de singladuras de Sue, con una vida y habilidades tan misteriosas que resultan casi incognoscibles, y es que podríamos decir, después de leer los últimos párrafos de la obra, que no hay más que una realidad, la que Niall, demiurgo perverso, pergeña con cada acto de maledicente voluntad, el sueño de opio del solipsista, un mundo cerrado, con comienzo y fin en él mismo y sus posibilidades, un mundo desprovisto de alteridad.

Como comparsa de estos hilos contrapuestos tenemos las opiniones de los psiquiatras del hospital donde fue tratado Grey, tratando de justificar, de acuerdo a la inmortal Navaja de Occam, los misteriosos acontecimientos que rodean la vida de Grey y las personas cercanas a él.

Sin embargo, la secuencia de hechos subyacentes (traslapada, falsa, confusa) da a entender que existe una capa de significado más alta, plena si se quiere, pero que es totalmente inaccesible para cualquiera de los personajes, centrados como están, en una historia de una sola perspectiva.

Aprovechando que logra abrir una brecha entre el lector y el escritor, Priest se las ingenia para plantear una serie de profundos -y provocadores-cuestionamientos respecto tanto de nuestra percepción y su relato unívoco que, necesariamente, expresa una verdad incompleta. Y es que así como nuestra percepción ya está condicionada por nuestras experiencias y las personas por las que vivimos, nuestra historia personal y su sentido de "realidad" está alterado no sólo por los inexactos recuerdos que poseemos del pasado, sino por las mentiras que, a fuerza de tanto decirnoslas, se confunden con la verdad.

Y, para agregar insulto a la injuria, el autor lleva esta misma serie de cuestionamientos a la creación de la propia historia planteando preguntas como: ¿Los hechos narrados en la novela reflejan acontecimientos reales para los personajes? ¿dónde termina lo que el autor quiere decir y lo que el lector quiere leer? ¿es acaso la vida y sus quehaceres nada más que una colección de mentiras bien organizadas? ¿es acaso la creación literaria nada más que un acto de falsedad elegante? espero que el lector sepa o pueda encontrar su propio hilo de Ariadna en el laberinto que plantea Priest, tan confuso como de notable factura, en una novela que definitivamente no es para el débil de corazón.

Blogalaxia Tags , ,
Technorati Tags , ,

2 comentarios:

Anónimo

Glamorosa reseña...

Julio
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

  © Blogger template por Emporium Digital 2008

De vuelta hacia ARRIBA