1/17/2007

LIBROS: El Juego de los Abalorios

Escrita por el Premio Nobel 1946 Hermann Hesse, El Juego de los abalorios es la última novela escrita por este autor, y, probablemente, la más notable de sus novelas, aunque no la más conocida, en la que pone de relieve sus particulares visiones sobre la existencia, humana, la estética e incluso la religión.

Una de las aspiraciones personales de Hesse era el encontrar una espiritualidad universal que diera respuestas a la existencia humana, aspiración que encuentra un eco o un atisbo de respuesta en una futurista e hipotética Castalia, país en el que se ambienta la novela, que se inicia con un largo prólogo acerca del devenir cultural de la civilización occidental, que, desde los albores de la edad de la razón (con especial enfásis en las formas musicales barrocas, tales como la fuga lo que lo emparenta con los escritos de Schopenhauer) y de como estas, tan relacionadas a la "razón" fueron decayendo en lo que se dio en llamar Cultura Folletinesca, en al que las banalidades causadas por el libertinaje del espíritu se extienden a todos los terrenos, conviertiendo a la cultura un fárrago de cosas sin sentido, aquí hay un parálelo con la novela de Bradbury Farenheit 451 en la que la civilización se ahoga en el propio ruido o en su propia miasma cultural.

Pero, lejos de un escenario Distópico como el de la novela de Bradbury, Hesse asume con esperanza la construcción de una alternativa utópica, aunque no perfecta, la creación del juego de los abalorios (Grasperlenspiel) que comienza como una aspiración para crear un sistema para reflejar conocimientos y termina por convertirse en un sistema que integra matemáticas, filosofía y música dentro de un sólo soporte, sirviendo como vehículo para la expansión del conocimiento y además para el planteamiento de nuevas formas y sistemas, que generan nuevos puntos de vista, nuevas lógicas, nuevas ciencias, al final el juego no es tanto una representación del conocimiento como una representación (en el sentido que señala Schopenhauer) de la voluntad y aspiración de los jugadores, es decir, sistemas lógicos, filosóficos, musicales posibles (no necesariamente reales, pero coherentes entre sí) Y de la organización erigida alrededor de esta, que tiene como cumbre y centro al Magister Ludi, Maestro del Juego, con el reconocimiento de un Papa o un santo, y que asume tal posición trás crear su propio juego maestro.

La Obra se centra en la Biografía de Joseph Knecht, quien durante la obra evoluciona desde un joven estudiante que encuentra la inspiración de su vida en una tarde musical pasada con un maestro y se consagra a este, evolucionando en su búsqueda de conocimientos, a lo largo de varios períodos, entre los cuales destacan su presencia como estudioso en un monasterio y como compañero de un maestro oriental del arte de la construcción de casas (Feng Shui) que es el que finalmente le da a Knecht el juego maestro que estaba buscando, aquí probablemente comprobamos la aspiración del autor de una unión ecuménica entre Oriente y Occidente, algo que Frank Herbert refleja en la Construcción de la Biblia Católica Naranja en Dune.

Y luego, tras su ascensión al cargo y su intento de acercar lazos con el mundo exterior, deja la Orden, al percibir el cambio del tiempo y la decadencia en la que Castalia y el juego se encuentran frente al mundo, con lo cual se extrae la conclusión de la imposibilidad de la utopía, ya que inevitablemente sumerge al mundo dentro de una particular visión lo cual es contrario a la naturalmente diverso de la humanidad.

Finalmente, la figura del maestro se pierde en la leyenda, y en unos últimos momentos narrados de una forma que refleja claramente la influencia jungiana en Hesse (el joven consigue llegar al final sin esfuerzo, el viejo cae presa del frío y sucumbe) que además se complementan con Los poemas de Knecht, con una clara vocación universal y estética, aunque con claros matices barrocos y los tres "Curricula Vitae" cuentos en los que pone de manifiesto todo su talento como constructor de escenarios y como escritor capaz de asumir varios registros y sistemas de creencia (chamán, hindú, cristiano) redondeando una obra que es tanto testimonio de vida como de estética personal y de creencia y que, en el registro de lo fantástico, nos muestra el abánico de genialidad que este gran escritor, cuyas preocupaciones son y serán universales.


Technorati tags: El juego de los abalorios, Hermann Hesse, Grasperlenspiel, fantasía

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