3/06/2008

CINE: Sweeney Todd, El barbero demoniaco de la calle Fleet

¿Qué hace el Remake cinematográfico de un musical de Broadway en la casa de jarjacha? pues esa es una pregunta que tiene una respuesta muy simple y que se relaciona con la segunda palabra en el encabezado de nuestro blog ¿y que decía eso? Fantasía, Terror y misterio, y si, se trata de terror.

Y es que antes de un Fábula moralista y pletórica de realismo dostoyevskiano sobre el crimen, el castigo y la venganza (muy a lo siglo XIX) el musical del Arthur Sondheim explora los tormentos y horrores cotidianos y la forma en la que cada uno de nosotros, grande o pequeño, poderoso o insignificante los enfrenta y sobrevive o no a ello, o al menos esta es la interpretación que puedo hacer del enfoque del director, el célebre Tim Burton, al respecto.

El primer personaje en el que se hace patente esta particular inclinación es el desafortunado protagonista Benjamin Barker (Johnny Depp) quien, apartado de su esposa y de su pequeña hija por una calumnia y encarcelado sin razón por quince años, regresa a la Londres de sus dulces días para cobrar venganza.

Es notorio el contraste entre las escenas de Flashback y las de este presente descorazonador y estremecedoramente oscuro y sórdido de los arrabales de la Gris y empobrecida Londres del siglo XIX, el Barker (o Todd) de la Historia no es más que una pálida sombra, un perdedor cuya única tabla de cercanía con la sania no es otra que el vago recuerdo de una hija perdida y sobre todo, el ansia de venganza contra el "Honorable" Juez Turpin (Alan Rickman) responsable directo de los enredos que arruinaron su vida.

En el inicio de su peripecia, se encuentra con otra alma perdida como él, la pastelera Señora Lovett (la siempre eficiente y musa de Burton Helena Bonham-Carter) y los anodinos detalles de su vida y los pasteles de carne que hace (o no puede hacer y que rellena con una serie de "jugosos" aditamentos) y este encuentro es tan providencial como anunciado, ya que la Sra. Lovett se vuelve colaboradora, artifice y complice de las tropelías del infame Todd, y también lo acompaña en su descenso hacia la locura y la sed de sangre. Es en esta poderosa dupla actoral que se sustenta el peso de toda la historia.

Y así como abunda el odio en esta historia, también debe encontrarse una pizca de amor, y allí es donde la desdichada hija de Barker, Johanna (Jayne Wisener) encaja, y no es otro que el romántico compañero de Todd, Anthony Hope (Jamie Campbell Bower), cuyo nombre de hecho no es casual, dado que Hope significa esperanza. Y ahora entre estos dos se celebrará, inevitablemente una version acaso más féliz o más desdichada de Romeo y Julieta.

Y es en la tensión entre estos dos amores (el de Lovett por Todd y el de Hope por Johanna)una obsesion (la de turpin por Johanna) y el Enorme Odio de Todd, que la cinta fluye como una serie de imagenes impresionantes, destaca sobre todo el manejo del color, pletórico de tonos fríos y lobrégos tan conocidos de Burton y sobre todo, la palidez cadavérica de los dos protagónistas, tal vez una alusión a la muerte en vida de la que habla Camus en El mito de Sísifo en el que la vida no es mas que una muerte cierta en la que nos hundimos, y es que, sin nada a lo que aferrarse, bien puede decirse que no se vive.

Extraordinariamente llevadas son las escenas de sangre y el descenso de Todd hacia la locura homicida, narrada con alusiones pero sin explicitar en el Gore -y es que es un musical, ya que estamos- y la fluidez de las escenas en la que convergen lo gris-real contra lo soñado-luminoso, para terminar en un climax final impresionante y que, si se quiere ver como fábula moral, podría leerse como La venganza no es un plato que deba calentarse o El crimen paga, pero cobra doble.

Muy recomendable, sobre todo si se está de un humor casi tan gris como el de aquella Londres.

2 comentarios:

Anónimo

Desde el Perú, saber que Tim Burton nos ve así es calamitoso y no estamos seguros si nos honra, nos extraña o nos desconcierta. Miren el artículo al respecto en Choledad Privada http://www.choledadprivada.com/2008/04/07/el-peru-segun-el-mundo-y-tim-burton/

Santiago

Hablando de comentarios afiebrados, primero, Sweeney Todd es un músical de Arthur Sondheim estrenado en Broadway ¿habría tantas vestiduras rasgadas si se tratara de Sumatra o Burkina Faso? lo dudo y mucho, agregar más a esto es sencillamente perder el tiempo: los que se la creen y los que rajan de ello por igual.

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