6/21/2006

LIBROS: Yo me perdono


Yo me perdono
Fietta Jarque
Alfaguara, 1998


En la primera mitad del siglo XVII, cerca a la aún poderosa ciudad de Cuzco, en Perú, se empieza a gestar una extraña alianza. La región vive una relativa paz tras las guerras de la conquista, pero se sigue librando otra batalla furtiva que no se ha resuelto todavía. El choque de culturas y costumbres que conviven escondiéndose, disimulándose.
Yo me perdono es la historia de cuatro hombres: un cura, Juan Pérez Bocanegra; un comerciante andaluz de oscuro pasado, León Montero de Espinoza; un joven pintor criollo, Luis de Riaño; y un indio, Tomás Puka, heredero de las antiguas tradiciones y secretos de los incas, pero educado en la más exquisita cultura occidental, que sellan un pacto para hacer de la iglesia de Andahuailillas un centro de poder religioso. La sede de un ejército invisible, dominado por ellos.
Intriga, traición, magia, conspiraciones y motivaciones no expresadas se mezclan con un clima de extraños sucesos y personajes providenciales. La minuciosa ambientación histórica recrea detalles de una época y un lugar sobre los que la ficción se ha detenido en muy pocas ocasiones. A medio camino entre la realidad y la fantasía, Yo me perdono es un ajuste de cuentas con el pasado. Una mirada al momento en que el mestizaje de culturas en América Latina se abría paso de forma subterránea, mientras la Iglesia pretendía ejercer su dominio absoluto.”
(texto de la contraportada).

Acaso al igual que Poderes secretos, este libro se publicó antes de tiempo y por eso pasó casi desapercibido por el público. Una verdadera lástima, puesto que es una apasionante mezcla de historia, fantasía y erudición ocultista – alguien por ahí lo calificó de “tratado de angelología”(!). Por decirlo criollamente, mejor no me defiendas, compadre.
Las cosas son así: en el Cusco virreynal, más precisamente en el poblado de Andahuailillas, convergen y unen intereses un sacerdote católico, un rico comerciante y un servidor quechua. El sacerdote posee un libro de ocultismo, el Libro del ángel Raasiel, copiado por el mismo padre Juan Pérez Bocanegra en circunstancias bastante extrañas. Según el libro, Raasiel es el ángel de las regiones secretas y Jefe de los Misterios Supremos. El ángel habría entregado el volumen a Adán, pero otros ángeles, celosos del poder dado al hombre, se lo quitaron y lo arrojaron al mar. Tras ser rescatado, fue entregado a Enoc, luego pasó a Noé y a otros patriarcas. En el Libro de Raasiel está contenido “todo el conocimiento celestial y terrestre”. Tratando de acceder a sus secretos, el sacerdote le revela la existencia del libro al comerciante andaluz León Montero de Espinoza, con quien ha iniciado una relación amistosa. Para su sorpresa, el comerciante – quien se reúne los viernes por la noche con la misteriosa Cofradía de San Dado, supuestamente para dedicarse al juego- tiene también un libro de magia, el Clavicula Salomonis (o “Clavículas de Salomón”, donde las clavículas aluden a pequeñas claves o llaves de conocimiento oculto), atribuido al rey del Antiguo Testamento. Dicho libro serviría para la interpretación del primero y así, combinando ambas fuentes de conocimiento, obtener el poder total. Estos secretos son participados al asistente del sacerdote, el indígena Tomás Puka , quien oculta a sus nuevos amigos su verdadera identidad, esto es, la de un iniciado en los antiguos conocimientos mágico-religiosos de los incas, cuyo consejo secreto de amautas sigue reuniéndose en la clandestinidad. Entre otras cosas, Tomás Puka sabe el perdido arte de leer los antiguos quipus, lo que permitirá al fin lograr la comprensión cabal de los libros ocultistas antes mencionados. Así, tres tradiciones o perspectivas del ocultismo o magia convergen en Andahuailillas: la cábala hebrea, las teorías de Pico de la Mirándola y otros místicos del Renacimiento y el saber oculto de los incas. Falta un elemento, y es la concreción de estos poderes a través de símbolos visibles, para así poder manifestarlos sobre el mundo. Para esto, el grupo de iniciados “recluta” al pintor Luis de Riaño, de existencia real, para pintar a los ángeles y sus atributos. Lo que no saben los tres iniciados es que entre ellos mismos se ocultan más de un secreto. Acaso el sacerdote sea el personaje más transparente, pero ni el ni el comerciante saben mucho acerca de los vínculos del indígena con su comunidad, y ni éste ni el sacerdote sospechan siquiera quién es en realidad el comerciante andaluz. El hecho es que cada uno busca sus propios objetivos en aparente acuerdo con los otros. El pintor, enamorado de su arte y de una bella desconocida a quien ha conocido en un baile de máscaras, trabaja sin imaginar el sentido oculto de su obra: pintar a los ángeles y sus atributos, para que estos se manifiesten con todo su poder sobre la Tierra. Y por momentos, ocurren cosas extrañas en el pueblo y sus alrededores. Aparecen destacamentos militares que se comportan con gentileza inusitada con los indios y de quienes nadie tiene conocimiento. Se revela la existencia de cuevas misteriosas con tesoros ocultos. Y un nuevo personaje llega al pueblo, miembro aparente de la Cofradía de San Dado, a quien se le encarga buscar un regalo para la más alta autoridad política del Cusco, aficionado a coleccionar momias…

Mención aparte merece la originalidad de la autora al no mostrar la sempiterna visión de los indios como seres sumisos, embrutecidos y explotados. Al contrario, en un pasaje de la novela, Tomás Puka refuta la visión estereotipada que tiene Bocanegra respecto a la cultura occidental en relación a la indígena, visión que acaso hoy en día seguimos sosteniendo. Desde su punto de vista, lógicamente eurocéntrico, el sacerdote cuestiona los logros de la cultura incaica:

“- Pero, ¿creéis acaso que vuestros antepasados eran sabios? Si no tenían escritura, ni conocían el hierro, ni los ingenios más elementales para muchas de las labores agrícolas o de la guerra y de muchas otras cosas. Dejando de lado la religión, en lo que eran verdaderos idólatras y supersticiosos e ignorantes. Vos que habéis sido instruido en los conocimientos de la civilización cristiana, ¿podéis comparar los logros de nuestras bellas letras, los escritos de nuestros santos padres como san Agustín y santo Tomás y hasta las antiguas filosofías de Sócrates, Platón y Aristóteles, con las de estos hombres que no dejaron constancia escrita de ninguno de sus supuestos conocimientos? La memoria es una gran herramienta para conservar y difundir los poemas y ciertas leyes, pero es de una fragilidad cristalina. ¿Dónde están ahora los grandes filósofos y sus pensamientos? ¿Dónde las enseñanzas de los sabios?
-No todos los grandes sabios dejaron testimonio escrito de sus obras e ideas. No lo hizo Sócrates, ni el propio Señor Jesucristo, si me perdonáis por decirlo. Fueron sus discípulos quienes lo hicieron algún tiempo después. Yo soy gran abogado de la escritura, lo sabéis, pero hemos de reconocer que ha habido en todas las historias del pasado grandes conocimientos que sólo fueron reservados en su tiempo y lugar para algunos escogidos. Muchos de los pueblos del pasado, y aun hoy, se reservaron los estudios sólo para los hombres que entran al servicio de la religión y del gobierno. Al desaparecer religiones y gobernantes, esos logros quedaron en el olvido, o en los círculos secretos que se formaron para preservarlos. Los de los reyes incas parecen haber quedado todos en el olvido, o quizá solo en la cabeza y la flaca memoria de algunos ancianos. Lo que queda en el pueblo son sólo manifestaciones externas y supersticiosas de un pensamiento que debió haber tenido mayor fundamento”.

Evidentemente, hay muchas cosas que no sabemos…


Fietta Jarque, autores, fantasía, historia peruana

3 comentarios:

Anónimo

Hola q tal, estoy recontra interesandaen este libro pero no lo encuentro en ninguna parte, me urge tenerlo...por favor me podrias decir si lo tienes, mi nombre es katherin Angeles mi correo karin_7715@hotmail.com, porfas es recontra urgente, si tienes el libro o sabes quien lo tiene pleaseee help me!

Daniel Salvo

Hola Katherin, he visto un ejemplar en Crisol del Óvalo Gutiérrez.

Anónimo

Hola Katherin Soy Richard Holguín, no sé de Librerías xq no salgo mucho por el sur, vivo en el norte. Si es que aún no lo has conseguido te cuento que yo lo tengo en fotocopia. Si es que tienes interés en leerlo yo te lo paso en fotocopia, tbn lo buscaba por internet hasta que desistí, xq lo busqué en unas posibles páginas que conozco y nada. Bueno es bueno Jarque se luce escribiendo. Si tienes prisa contáctame a mi correo richardjr182@hotmail.com o al fono 998037716. Si es que estás interesada y lo necesitas con suma urgencia. Luego vemos como t lo paso.

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