LIBROS: El misterio de Salem´s Lot
El misterio de Salem´s Lot
Stephen King
Plaza & Janés, 1985
Es raro, pero de toda la producción de Stephen King, este libro es uno de los más difíciles de hallar, al menos en Perú. En las librerías se encuentran sin dificultad ejemplares de Posesión, El resplandor, Buick 8, Misery y cualquier otro título de Stephen King que a uno se le ocurra. Y si se agotan las existencias, se renuevan cada cierto tiempo. Pero Salem´s Lot no. Si se le pregunta a los dependientes, estos desconocen mayormente. Hay que adquirirlo del extranjero o, como fue mi afortunado caso, encontrarlo en una feria del libro de viejo. Y en muy buen estado, para variar. A ver si algún librero toma nota.
Todo lo bueno que se haya dicho de esta novela es cierto. Que está muy bien escrita, lo está. Tanto, que uno mismo se sorprende de disfrutar las primeras doscientas páginas – en total son más de quinientas – sin que suceda casi nada que pueda considerarse terrorífico o misterioso. Bueno, en realidad sí ocurren algunas cosas, empezando por los reportes noticiosos donde se nos informa que el pueblo de Jerusalem´s Lot (el nombre completo del pueblo, que traducido sería “el solar de Jerusalem”) ha sido misteriosamente abandonado por sus habitantes, lo que no impide que algunos automovilistas observen luces y otras señales de actividad en el supuesto pueblo fantasma.
Luego de esta inquietante introducción, volvemos al “presente” (los años 70), cuando Ben Mears, escritor de mediana edad, retorna a Salem´s Lot buscando inspiración. Quiere conjurar además una terrible experiencia que tuvo de niño: al ingresar a la abandonada casa Marsten, vió – o creyó ver- el cuerpo de un hombre ahorcado que lo miraba… La casa Marsten está situada en las faldas de una colina, y en ella se cometió un crimen hace mucho tiempo. Mientras tanto, Mears dedica su tiempo a conquistar a la guapa Susan Norton y a pasear por Salem´s Lot, un pueblo insípido y aburrido a más no poder, cuya única novedad consiste en que dos forasteros han adquirido la antigua casa Marsten, el señor Straker y su socio el señor Barlow, para dedicarse a la venta de antigüiedades. Conocemos también al sacerdote católico, al profesor de escuela, al jorobado que administra el basurero local, a las solteronas chismosas… Incidentalmente, un niño desaparece en el bosque y algunos animales aparecen muertos con extrañas marcas, pero la monótona existencia de los habitantes de Salem´s Lot apenas varía. Es todo lo que ocurre en las primeras doscientas páginas…
Paradójicamente, este truco permite crear una atmósfera de terror que no le deja a uno soltar el libro. Sabemos que los monstruos están ahí, que ya llegaron al pueblo, lo que van a hacer (recuerden que el libro inicia con reportes sobre lo que “ya ocurrió” en Salem´s Lot). Pero al mismo tiempo, Stephen King nos muestra un escenario en el cual todavía se puede vivir como si no pasara nada. Uno puede encontrarse cara a cara con el monstruo y conversar con él sobre el clima, o sobre política. Y el monstruo opinará razonablemente o contará un buen chiste, mientras la televisión pasa un episodio del programa favorito. Con todo y el monstruo, Salem´s Lot sigue siendo el arquetípico pueblucho que todos sus habitantes quisieran abandonar.
Hasta que, de un momento a otro, en esa isla de aburrimiento (me refiero al pueblo, no al libro) el horror salta y escapa, para iniciar una carrera vertiginosa. Otro niño muere, los teléfonos comienzan a fallar, se reportan inexplicables casos de anemia... Ben Mears, imaginativo como buen escritor, llega a sospechar que algo increíble está ocurriendo en Salem´s Lot. Algo sobrenatural, algo tan fuera de lugar –así lo manifiesta uno de los personajes antes de morir- que simplemente no puede ser verdad, y menos en Salem´s Lot. Es precisamente este pálpito de Mears el que le permite acceder primero que nadie a la verdad: un vampiro o vampiros se está adueñando del pueblo. Un vampiro con todas las de la ley: teme a las cruces y el agua bendita, debe ser invitado a un lugar para poder ingresar y se oculta de día en un ataúd. Una estaca podría matarlo. Excepto que quienes conocen la verdad saben que no pueden revelarla, que aún en un pueblo pequeño como Salem´s Lot, un vampiro y su oscura progenie pueden ocultarse con éxito. Los involuntarios cazadores de vampiros, en esta novela, saben que están más cerca de convertirse en víctimas que en heroicos justicieros sobrenaturales. Mientras tanto, los vampiros aumentan su número y se hacen cada vez más fuertes…
A no dudarlo, una excelente historia de vampiros, de la que se han hecho dos versiones para la televisión, en 1979 y 2004.
Stephen King
Plaza & Janés, 1985
Es raro, pero de toda la producción de Stephen King, este libro es uno de los más difíciles de hallar, al menos en Perú. En las librerías se encuentran sin dificultad ejemplares de Posesión, El resplandor, Buick 8, Misery y cualquier otro título de Stephen King que a uno se le ocurra. Y si se agotan las existencias, se renuevan cada cierto tiempo. Pero Salem´s Lot no. Si se le pregunta a los dependientes, estos desconocen mayormente. Hay que adquirirlo del extranjero o, como fue mi afortunado caso, encontrarlo en una feria del libro de viejo. Y en muy buen estado, para variar. A ver si algún librero toma nota.
Todo lo bueno que se haya dicho de esta novela es cierto. Que está muy bien escrita, lo está. Tanto, que uno mismo se sorprende de disfrutar las primeras doscientas páginas – en total son más de quinientas – sin que suceda casi nada que pueda considerarse terrorífico o misterioso. Bueno, en realidad sí ocurren algunas cosas, empezando por los reportes noticiosos donde se nos informa que el pueblo de Jerusalem´s Lot (el nombre completo del pueblo, que traducido sería “el solar de Jerusalem”) ha sido misteriosamente abandonado por sus habitantes, lo que no impide que algunos automovilistas observen luces y otras señales de actividad en el supuesto pueblo fantasma.
Luego de esta inquietante introducción, volvemos al “presente” (los años 70), cuando Ben Mears, escritor de mediana edad, retorna a Salem´s Lot buscando inspiración. Quiere conjurar además una terrible experiencia que tuvo de niño: al ingresar a la abandonada casa Marsten, vió – o creyó ver- el cuerpo de un hombre ahorcado que lo miraba… La casa Marsten está situada en las faldas de una colina, y en ella se cometió un crimen hace mucho tiempo. Mientras tanto, Mears dedica su tiempo a conquistar a la guapa Susan Norton y a pasear por Salem´s Lot, un pueblo insípido y aburrido a más no poder, cuya única novedad consiste en que dos forasteros han adquirido la antigua casa Marsten, el señor Straker y su socio el señor Barlow, para dedicarse a la venta de antigüiedades. Conocemos también al sacerdote católico, al profesor de escuela, al jorobado que administra el basurero local, a las solteronas chismosas… Incidentalmente, un niño desaparece en el bosque y algunos animales aparecen muertos con extrañas marcas, pero la monótona existencia de los habitantes de Salem´s Lot apenas varía. Es todo lo que ocurre en las primeras doscientas páginas…
Paradójicamente, este truco permite crear una atmósfera de terror que no le deja a uno soltar el libro. Sabemos que los monstruos están ahí, que ya llegaron al pueblo, lo que van a hacer (recuerden que el libro inicia con reportes sobre lo que “ya ocurrió” en Salem´s Lot). Pero al mismo tiempo, Stephen King nos muestra un escenario en el cual todavía se puede vivir como si no pasara nada. Uno puede encontrarse cara a cara con el monstruo y conversar con él sobre el clima, o sobre política. Y el monstruo opinará razonablemente o contará un buen chiste, mientras la televisión pasa un episodio del programa favorito. Con todo y el monstruo, Salem´s Lot sigue siendo el arquetípico pueblucho que todos sus habitantes quisieran abandonar.
Hasta que, de un momento a otro, en esa isla de aburrimiento (me refiero al pueblo, no al libro) el horror salta y escapa, para iniciar una carrera vertiginosa. Otro niño muere, los teléfonos comienzan a fallar, se reportan inexplicables casos de anemia... Ben Mears, imaginativo como buen escritor, llega a sospechar que algo increíble está ocurriendo en Salem´s Lot. Algo sobrenatural, algo tan fuera de lugar –así lo manifiesta uno de los personajes antes de morir- que simplemente no puede ser verdad, y menos en Salem´s Lot. Es precisamente este pálpito de Mears el que le permite acceder primero que nadie a la verdad: un vampiro o vampiros se está adueñando del pueblo. Un vampiro con todas las de la ley: teme a las cruces y el agua bendita, debe ser invitado a un lugar para poder ingresar y se oculta de día en un ataúd. Una estaca podría matarlo. Excepto que quienes conocen la verdad saben que no pueden revelarla, que aún en un pueblo pequeño como Salem´s Lot, un vampiro y su oscura progenie pueden ocultarse con éxito. Los involuntarios cazadores de vampiros, en esta novela, saben que están más cerca de convertirse en víctimas que en heroicos justicieros sobrenaturales. Mientras tanto, los vampiros aumentan su número y se hacen cada vez más fuertes…
A no dudarlo, una excelente historia de vampiros, de la que se han hecho dos versiones para la televisión, en 1979 y 2004.
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